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PARA VIVIR BIEN INFORMADOS

SI SE RUMORA QUE COMPRAN NOTICIEROS, AHORA QUE ESTA PROHIBIDO QUE LO HAGAN, COMO SERA CUANDO ESTE PERMITIDO ?

Semana
6 de septiembre de 1993

A CULPA LA TIENE LA REFERENCIA QUE sobre Julio Mario Santo Domingo trae un reciente número de la revista Forbes. Fue ella la que me hizo recapacitar sobre este tema, y tomar la decisión de enfrentarlo "a calzón quitao". Porque es cierto que muchas personas tienen en esto intereses personales, comenzando por mí, pero por cuenta de eso no se puede pasar agachado en una de las controversias mas trascendentales para el país, como es esta que apenas comienza sobre la privatización de la televisión colombiana.
Hablando de las fortunas mas grandes del mundo, la revista Forbes clasifica en esta lista al industrial colombiano Julio Mario Santo Domingo, con la siguiente referencia: "En este momento esta dedicado a la compra de programadoras de television, preparandose para la privatización en su país ".
La privatización de la televisión colombiana no es mala.
Por el contrario, constituye una medida importante y positiva desde muchos puntos de vista, como la igualdad de oportunidades de acceso al medio, la competencia, la inversión y la diversidad. Pero conlleva un peligro gravísimo en lo que al manejo de la información respecta. En este punto específico, mientras más sean las empresas informativas, mejor. Mientras mas variados, diversos, distintos y pluralistas sean los noticieros de televisión en una sociedad, la manipulación de la información será más difícil, y se hará más evidente cuando la noticia intente confundirse con un interés particular.
El problema de una privatización rabiosa de la televisión es precisamente ese, en un país como Colombia, donde se vive una acelerada concentración del poder económico, unido con el político y ahora, mas recientemente, también con el de los medios de comunicación. Un proceso de privatización de la televisión tiene que cuidarse precisamente de que la información no quede en manos de unos pocos. No se trata de que los grupos económicos no puedan manejar la información, sino de que no la puedan manejar toda. Que ellos tengan sus helicópteros, y sus satélites, pero que puedan convivir con otros que tengan distintas opiniones.
Para ello, en un proceso de privatización como el que estamos a punto de iniciar, el Estado debe tener una participación activa en este escenario, precisamente para garantizar el pluralismo informativo que consagra la nueva Constitución.
Por eso es tan importante que se conserve el esquema mixto de televisión que por fortuna parece estar abriendose paso entre los ponentes del proyecto. Este garantizaría que en Colombia subsistan 10 noticieros de distintos dueños y tendencias políticas con todo el resto de informativos que podrán ingresar a la televisión colombiana cuando se inicie el proceso de su privatización, sin importar si defienden o no los intereses de los conglomerados económicos.
Lo que si no puede permitirse que suceda es que en lugar de los 10 noticieros que existen hoy, la información en la nueva televisión colombiana se convierta en un privilegio de los que tienen el dinero para montar un canal. El ejemplo de lo que sucedería lo vemos a diario en la forma coodinadam y rítmica como trabajan conocidas empresas del Grupo Santo Domingo como Caracol, Cromos y el Noticiero Nacional. Sé que al afirmar que el Noticiero Nacional es del "Grupo Santo Domingo no lo puedo probar. Por eso prefiero decir que todos los indicios me permiten opinar que es del Grupo Santo Domingo, como se da por hecho en todos los circulos, tanto particulares como oficiales.
Si se rumora que compran noticieros, ahora que está prohibido que lo hagan programadoras como Caracol, dedicadas a la programación de esparcimiento, ~cómo será la voracidad cuando esté permitido? Ya no sólo convertirán a un respetable intelectual y diplomático, y a un respetado e independiente periodista, en corifeos de sus intereses, sino que llegaría el día en que personas con menos recursos intelectuales y morales entrarían a conformar un ejército de áulicos que solamente difundirían opiniones e informaciones cocinadas por los intereses particulares.
Repito que lo que importa no es que el Grupo Santo Domingo maneje la información, sino que haya muchos otros colombianos que también lo puedan hacer, para que la labor informativa de la televisión colombiana no quede reducida al coro de Dario Arizmendi y Alberto Zalamea, en conjunto ahora con el Noticiero Nacional, defendiendo los intereses particulares o heredando los odios de este conglomerado económico, de una manera que tantas reservas les despierta a los colombianos.
En la vida hay eventos que cambian el curso de los acontecimientos. Por ejemplo, la historia del narcotráfico pasó su punto de no retorno el día en que los narcotraficantes decidieron meterse a la polílica. Todavía podrían estar caminando libremente por ahí si Escobar y Lehder no hubieran cometido la equivocación de irrumpir en este escenario, en el que cambiaron abruptamente de perfil.
Con los conglomerados económicos podria llegar a suceder algo semejante. Los colombianos siempre los habían visto como fenómenos positivos de inversión en el desarrollo económico de un país que requiere de grandes capitales para salir adelante. Ahora por primera vez se están comenzando a enfrentar a la opinión pública por cuenta de la percepción en muchos sectores de que su Irrupción en los medios de comunicación está llegando acompañada de una manipulación de la información en función de sus propios intereses.