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PERIODISMO

Semana
15 de marzo de 1999

Estamos en el mes del periodista. Ya no se puede decir cuál es el día, puesto que los festejos
del 9 de febrero se aplazaron. Los trasladaron, tal vez, a algún lunes Emiliani. Y hasta los malhadados
premios se fueron extinguiendo para convertirse en títulos de honor, sin retribución alguna, lo cual es de
veras injusto con el sufrido gremio. Quiero pensar en el periodismo, sin omitir que hay cosas que me
repugnan de su ejercicio, generalmente deformaciones del mismo. Detesto, para hablar de hechos recientes,
el secreto goce que se tiene por los acontecimientos trágicos (en cierta forma explicable, por cuanto es la
hora llegada del oficio); me impacienta también la emulación de los semanarios en materia de portadas y
entrevistas por entrega, no importa lo truculento de los personajes escogidos y mientras mas lo sean, mejor.
Y como las anteriores, otras cosas me chocan, pero considero que son los periodistas quienes
aguijonean a una sociedad dormida y, sobre todo, los que garantizan las libertades públicas y el decoro,
relativo decoro, de los funcionarios. Es el periodismo, con todos sus defectos, un factor necesario y, si
quiere verse así, un mal menor. Peor sería una labor de prensa a cargo del gobierno y una información
dirigida, como la que ha pretendido la actual Presidencia con el mal llamado Informativo de la Solidaridad.
Es de esperarse que no se continúe con esa costumbre. Cuando en Armenia nada funcionaba ni las ayudas
llegaban, todo se perfeccionó y hasta el clima pareció mejorar, pese a los gabanes del presentador
agripado, en el momento en que la oficina de prensa resolvió asumir la información. Otro aspecto es el del
enorme poder de las empresas de periodismo, especialmente de las que, por manejar los grandes diarios, son
dueñas absolutas del sentido de los hechos y del prestigio de las personas. El caso del actual Fiscal General
de la Nación es bien ilustrativo. Tanto en el periódico El Tiempo como en el de los Santo Domingo, este
discutido funcionario, que aceptó un puesto que resulta incompatible con su anterior ejercicio de la
abogacía, tiene amplio respaldo y resonancia.El Tiempo no duda en publicarle una carta a Juan Carlos
Pastrana, en su derecho a defenderse de un asedio judicial (es, al fin y al cabo y antes que hermano del
Presidente de la República, un periodista perseguido por grandes poderes económicos y políticos). Pero,
a renglón seguido (en la sección 'Cosas del Día', de manejo del director) se le castiga restándole mérito a su
denuncia. También se le hacen los obligados pases de defensa al fiscal Gómez Méndez, negándose que haya
sido postulado por Ernesto Samper para el cargo, contra lo que todos conocemos. Habida cuenta de que
una cosa es postular y otra designar.El otro gran diario, el cervecero, respalda en paralela nota de su
director ('Día a Día') al mismo Fiscal General, abogado suyo y quien lo sacara avante dentro del proceso
8.000, cuando quien hoy dirige ese periódico decía, con lástima de sí mismo, que le había caído un piano
encima.Dentro del mismo poder de información, el director Rodrigo Pardo, o alguien a nombre suyo, redacta
de la siguiente manera: "También (Juan Carlos Pastrana) demandó penalmente al jefe del Partido Liberal,
Horacio Serpa Uribe, por los presuntos delitos de falso testimonio y fraude procesal dentro de los hechos
relacionados con la pérdida de la indagatoria de Santiago Medina". He subrayado.Primera noticia de que la
indagatoria de Santiago Medina se hubiera perdido. Creo que lo que pasó fue precisamente que la encontró
antes de perderse el propio gobierno de Ernesto Samper, reunido en Hatogrande con el staff ejecutivo (los
ministros Serpa, Botero, Pardo, secretarios y el jefe del DAS). Sin que nadie conocido se las hubiera
entregado _y a decir de Horacio Serpa, por un servicio anónimo_ los acosados funcionarios de Samper, en
su instante de mayor apuro, tuvieron en sus manos la indagatoria que los condenaba.Con un golpe finísimo
de florete, el veterano periodista José Salgar, hoy decano ilustre de la Sergio Arboleda, dice en su columna
donde ha permanecido en el diario de las agrias: "También el frente empresarial periodístico está en
reajuste. Poderes económicos y políticos se disputan el liderazgo y van quedando muchos tendidos en el
campo".¿A qué poderes económicos, de empresarios periodísticos, se referirá José Salgar, que dejaron a
no pocos tendidos en el campo? Cucurrucucú, Paloma. Cucurrucucú, no llores.

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