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PLATA Y PLOMO

Los militares y los ricos fueron los únicos estamentos que lograron atravesar los raudales de la Constituyente sin mojarse ni un pelo.

Antonio Caballero
5 de agosto de 1991

NOS HABIAN DICHO QUE LA ASAMBLEA Constituyente sería omnívora: capaz de meterle el diente a todo lo que quisiera.
Y en apariencia, eso hizo. Desbara justó el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Se metió con el presidente, con los ex présidentes, con los congresistas y con sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad, incluidas sus madres.
Con los presos, con los minusválidos, con los lactantes, con los obreros sindicalizados, con los indígenas, con los empleados públicos, con los directivos de los clubes de fútbol. Se atrevió hasta con los curas: no contenta con clavarles la lanzada del divorcio, los humilló comulgando en la misa de un falso cura

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