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El distractor

“Primó el Estado pero el beneficiario político hizo que después primara el terrorismo”, escribió en su Twitter Uribe Vélez ayer, cuando se cumplieron once años de Operación Jaque que devolvió la libertad a Ingrid Betancourt.

Alonso Sánchez Baute, Alonso Sánchez Baute
3 de julio de 2019

El senador publicó también un video en el que arremete en contra del expresidente Santos, a quien responsabiliza de la inseguridad y la grave situación de orden público. El retrovisor: lo fácil, como siempre. 

Uribe afirma que, como ministro de Defensa, Santos no tuvo mayor participación en aquella hollywoodense maniobra militar, ¿por qué demoró tanto tiempo en contarlo? No importa. Lo importante es que entregó a la opinión una nueva polémica y las redes amanecieron hoy ardiendo, como era previsible. 

Ante el silencio de Santos, que prometió no volver a participar en la política nacional, dio la cara el general (r) Rico Arenas: Fui el comandante de la Operación Jaque por órdenes del entonces comandante del Ejército Nacional, general Mario Montoya, del entonces comandante general de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, y del propio ministro Santos. Quiero manifestarle a la opinión pública que el entonces ministro Santos estuvo al frente de la operación de manera permanente".  

Los arqueólogos de Twitter no se hicieron esperar y desempolvaron un video de la época en el que se oye a Uribe: “Compatriotas, es un día de acción de gracias a nuestro Señor y a la santísima virgen que nos han ayudado tanto a los colombianos. Señor ministro de la defensa nacional, doctor Juan Manuel Santos: muchas felicitaciones y muchas gracias”. Luego de Dios y la virgen, Juan Manuel Santos, el mismo al que hoy acusa de “vanidoso”. Es curioso que hasta hoy se refiera al rasgo más característico de Santos, su vanidad, el cual olvidó mencionar cuando fue su candidato a la presidencia en 2010. Pero esto tampoco importa ahora.

Importa saber, en cambio, o recordar, que es un verbo aquí más ajustado, que la semana pasada Uribe hizo exactamente lo mismo: dio de beber a la opinión nacional. Porque cada semana trae lo suyo: propone un Estado de Opinión, promueve indirectamente un referendo o afirma que el Estado debe tener el monopolio de la producción de marihuana, tres temas provocadores que en menos de quince días el país ha debatido hasta la saciedad. Cada frase suya genera un cataclismo. Si de López Michelsen se decía que cada vez que hablaba ponía a pensar a Colombia, de Uribe podría afirmarse que cada vez que habla pone a pelear al país. 

Y el país le come cuento, a favor o en contra. Mientras unos y otros se trompean en las redes, pasa de agache lo que verdaderamente importa: las leyes aprobadas a última hora, el Plan Nacional de Desarrollo (ni cuenta nos dimos), los grandes contratos, la mermelada, el “ajuste”. Cuando no es él quien distrae, Ramírez, Pachito, Macías y Botero le colaboran sin mucho esfuerzo. Ah, y ahora también un señor Arboleda que se hace seguir con una cámara con tal de que los tuiteros se distraigan insultándolo.

@sanchezbaute

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