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2016 año crucial para Colombia

Después de firmado el acuerdo de paz vendrá la prueba de fuego, la más delicada y complicada: saber cómo vamos a sostener a doña paz.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
31 de diciembre de 2015

El mundo tendrá la mirada puesta en Colombia y sobre La Habana, Cuba, para conocer cómo evolucionan las negociaciones y si realmente es un acuerdo de paz con justicia social, sin violar derechos fundamentales, y cómo avanza la etapa posconflicto.

Es indudable que el mejor regalo de navidad y año nuevo para los colombianos sería la firma del acuerdo de paz, que se viene discutiendo desde hace más de tres años, sin embargo, no podemos empezar a transitar por los caminos de la incertidumbre, puesto que después de firmado vendrá la prueba de fuego, la más delicada y complicada: es saber cómo vamos a sostener a doña paz, en la llamada etapa del posconflicto, que es un proceso que como mínimo durará diez años, con el agravante que según los negociadores no hay cómo sostenerlo.

Casarnos con doña paz es fácil, pero sostenerla en sus exigencias y quizás con muchas extravagancias va a ser sumamente difícil, por eso, el señor presidente tiene que poner a volar su imaginación para ver cómo va a sostener etapa tan difícil, si es que se firma el acuerdo con todas las exigencias de parte de la guerrilla de las FARC, que de acuerdo a como están las cosas no serán las víctimas del conflicto armado, sino sus victimarios.

Tengo cierta tendencia a creer que el señor presidente Santos se estaba haciendo ilusiones para financiar la etapa del posconflicto con el rescate del galeón San José, pero, lamentablemente aunque se dice que es excesivamente valioso, muchos aseguran que en este país de vivos, hace muchos años que fue saqueado; además le han salido tantos pretendientes que muy seguramente se desatará todo un maremágnum jurídico que tardará varios años en dilucidarse para saber quiénes son realmente sus dueños, lo que a mi modesto saber y entender serían las tribus indígenas del momento o sus descendientes, que en esa época habitaron las regiones de donde los españoles los sometieron en tal forma que les cambiaban lingotes de oro y piedras preciosas por un espejo de bolsillo.

Pero desde luego que el jolgorio navideño no debe ser obstáculo para analizar con profunda reflexión el proceso de paz que se adelante en La Habana, Cuba, entre los negociadores del gobierno y la guerrilla de las FARC, hay que tener en cuenta que todo se ha debatido, pero aún no se ha dicho la última palabra sobre ninguno de los diferentes temas que se discuten.

A los cinco puntos acordados, todos los días le salen más aristas de parte de los señores de las Farc, que ya prácticamente se están acomodando en tal forma que sacan ventajas de todo el manual de agravios que se les presenta, no es nada sensato que estén negando que son un simple grupo guerrillero, cuyos ideales siempre han sido en favorecimiento de la población más vulnerable, cuando tienen todo un prontuario de delitos atroces, que al desconocerlos tiemblan todas las estructuras sociales, económicas y políticas de nuestro Estado de Derecho.

Lo cierto es que existe incertidumbre sobre el manejo que finalmente se le quiere dar a través del llamado plebiscito, que de acuerdo a como están las cosas, el común de la opinión nacional no alcanza a entenderlo, ni mucho menos dimensionarlo. Hasta la presente fecha en que se ha venido divulgando la forma en que se llevará a cabo, el NO tendría todas las de ganar, puesto que votar positivamente por el SÍ, se estarían violando claras normas constitucionales.

Considero que estos tres escenarios están íntimamente ligados, pero es importante analizar cada uno de ellos con seriedad y detenimiento, para después no ir a caer en el vació de votar un plebiscito a la topa tolondra, sin antes haber analizado detenidamente cuáles son las consecuencias de orden social, económico y político, con afectación de nuestra vida social y familiar.

Hablar de navidad en época del proceso de paz es motivo de grandes reflexiones y al mismo tiempo de preocupación, puesto que en los horizontes de nuestra patria existen serias contradicciones que hasta ahora, y después de tres años de negociación, las cosas no son nada claras y la opinión pública en lugar de entusiasmo para tomarla como una trofeo navideño, más bien existe enorme preocupación en todos los sectores de nuestra sociedad por lo que pueda ocurrir.

Hay tres etapas sumamente cruciales que comprometen el proceso de paz y que hay que analizarlas con mucho detenimiento, con el fin de sacar conclusiones, puesto que con cada una de ellas estamos apostando al futuro de nuestro país y al de nuestras propias familias:

1º- Justicia Transicional: es una manera de hacer justicia en contexto de transición política, es decir, buscando que tanto víctimas como victimarios se encuentren en un punto de equilibrio, con el fin de que los primeros reciban de los segundos el resarcimiento por los daños y perjuicios causados en estados de beligerancia o de combate.

Esta ha sido un punto demasiado crítico, puesto que las heridas de la guerra: masacres, violaciones, y todo tipo de atentados contra la población civil, continúan vivas y en muchos casos las víctimas guardan en su interior el momento oportuno para cobrar venganza, contra quienes cometieron toda clase de ilícitos.

Para que la justicia transicional se dé hay que aplicar varios mecanismos manejados por profesionales expertos en el tema, que en lo posible estén desprovistos de injerencias políticas, conozcan muy bien cómo ocurrieron los hechos. A este grupo de personas se les llama: Comisión de la Verdad, la cual debe tener una clara visión para que después de conocidos y evaluados los hechos, inicien los procesos de reparación.

2º- El plebiscito: no es el instrumento adecuado para refrendar el proceso de paz, puesto que se están violando claras normas constitucionales, colocando en grave desventaja a quienes con justificada razón no están de acuerdo con esta figura y claman por una Asamblea Nacional Constituyente, que sería la forma ideal y más adecuada para refrendar el acuerdo de paz.

3º- Implicaciones fiscales y económicas de la negociación: como lo hemos dicho, el gobierno tiene que prever cómo se va a sostener la etapa del posconflicto, puesto que los señores de la FARC ya están escurriendo el bulto, al decir que no disponen de recursos para ello, cuando están catalogados como el tercer grupo terrorista mas adinerado del mundo.

urielos@telmex.net.co

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