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Risas y trizas

Clausurar el proceso con el ELN, lleva a la destrucción de los avances del país en materia de paz.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
4 de septiembre de 2018

El presidente Duque y muchos con él, están demostrando que una cosa es hacer afirmaciones en campaña y otra muy distinta decidir como gobernante.

Es parte de la madurez que parece ir adquiriendo.

De la inolvidable frase “…volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo de paz” pronunciada por Fernando Londoño - el falso poseedor de “buena fe” de 145 millones de acciones de Invercolsa S.A, condenado por la justicia - a los días de hoy, en que ha quedado claro por parte del actual mandatario su voluntad de respetar y cumplir los acuerdos de paz firmados por Santos, ha pasado mucha agua bajo el puente.

Han sido repetidos los gritos de batalla lanzados desde el partido de Uribe para reclamar que su victoria sería la venganza, pero el presidente ha venido aprendiendo con su partido que una cosa es decir y otra hacer.

Y no es que haya propósito de traición a Uribe, es que la realidad se impone.

Si bien Duque tomó distancia de los radicales en su partido con la frase “ni risas ni trizas”, prometió modificaciones que no cambian el acuerdo.

Por lo pronto, todo indica que el oxígeno recibido de la consulta anticorrupción y las subsiguientes reuniones con los que apoyan al gobierno y los declarados en oposición, se está agotando.

Queda demostrado que esa agenda no resuelve los problemas reales de estabilización territorial que enfrenta el gobierno y que amenazan con agravarse dada la situación venezolana.

Las regiones de frontera están salidas de madre, las reacciones allí ante la oleada de migrantes son complejas. Por ejemplo, en Norte de Santander, actores armados no estatales están expulsando a punta de pistola a migrantes hacia el interior del país para que no permanezcan en estos territorios.

Los ciudadanos venezolanos asesinados en Tibú la semana anterior son muestra de ello, las prohibiciones expresas a comerciantes y finqueros de contratar ciudadanos venezolanos en Cúcuta y otros municipios en el Catatumbo, son situaciones repetidas, que se vienen replicando también en Arauca.

Estos hechos más que una expresión de xenofobia, son una muestra de que quien está imponiendo las condiciones son actores armados no estatales muy distintos a los del gobierno de Bogotá.

Sumado a esto, Duque presidente, debe resolver esta semana qué hará con el ELN y la mesa de La Habana que incluye a Venezuela como país garante.

Si bien el presidente al reiterar al ELN la exigencia de liberación de todos los secuestrados, antes de definir una postura sobre continuidad o no del proceso parece tener la iniciativa.

Hoy está abocado a postergar la toma de una decisión definitiva sobre el proceso o “ejercer la legalidad con autoridad”, como llama eufemísticamente una decisión de incrementar las operaciones contra esa guerrilla o grupo armado organizado -GAO-, nombre que le dan ahora al ELN, los funcionarios del gobierno, en esa manía de pensar que la naturaleza de las cosas cambia porque se les cambia el nombre.

Duque tendrá que hacer mucho más que malabares lingüísticos, porque lo que se pone de presente es que si decide, como hasta ahora no continuar la mesa, habremos dado un paso atrás más rotundo en la construcción de paz que negar la implementación del acuerdo firmado con las Farc.  

Esto, porque la estabilidad de las zonas rurales donde están asentados muchos de los excombatientes de las Farc será una quimera y se llevará al fracaso este proceso por la vía de impedir el desarrollo del otro.

En la anterior formulación, el presidente Duque y su partido, el partido de Uribe, aparecerán como víctimas de la irreflexiva posición del ELN de aferrarse al secuestro, pero el camino de la construcción de paz en Colombia se desbarrancará sin necesidad de “volver trizas el maldito papel”, como dijera Londoño.

Posdata: La consulta anticorrupción, hizo abandonar por unos días la preocupación central que tenía el país y la comunidad internacional: el asesinato continuado de líderes.

Desde el 7 de agosto cuando se inició el gobierno Duque a la fecha van 28. ¿Qué hacer?

@alvarojimenezmi

ajimillan@gmail.com




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