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¿QUÉ PASA CON LA MULTITUD COLOMBIANA? (Por Andrés Orlando Gómez L.)

Semana
23 de agosto de 2006

Mas que el pueblo, los que componemos la multitud tenemos que movilizarnos en contra de la repartija de los “honorables” de la política. La multitud es usted, yo, somos los muchos; y no el pueblo, porque esa figura lingüística la manipulan los políticos para conseguir que les voten y así continuar con la repartija de los dineros y cargos estatales.
Los días pasan y cada vez las noticias de los artículos de periódico son más cínicos y estos también al hacerle eco a la repartija de puestos en el congreso, de mesas directivas, de secretarios de comisiones, todo para sonsacar al estado colombiano, para tener herramientas de chantaje, porque “si no me da , yo no le voto”. Sinvergüenzas.

Mientras tanto donde está la multitud? Le dicen que le van a extender el IVA a toda la canasta familiar, dicen de frente que venderán el 20% de ECOPETROL –la tapa del neoliberalismo de este presidente- dizque al sector solidario, se descubre que la ex-ministra de ambiente realizó directrices ejecutivas a favor del negocio de la familia de un ministro, en una semana liquidan dos hospitales en la Costa Atlántica… por dios; ¿que más se necesita para estallar? O Quien se está encargando de dispersar alguna especie de virus que nos despierte del letargo; no a favor de los grupos guerrilleros, pero si a favor de un simple “viva y deje vivir”.

Este “Viva y deje vivir” es simplemente retomar un curso sencillo. A cada quien lo justo. Un esquema tributario progresivo, lo que significa, al que mas tiene, mas cóbrele; al que mas genere daños a los derechos individuales y colectivos hágasele responder por los daños, a los daños potenciales exhorte y invente mecanismos para prevenirlos. Privilegie una solución integral económica, social que piense tanto en los problemas estructurales como coyunturales del país para tender amigos en torno a la solución del conflicto.

Pero el estado moderno colombiano esta contaminado por ese aparato corrupto inamovible no por sus miembros sino por sus costumbres que es el legislativo. El axioma de la división de poderes del estado moderno es una gradísima farsa. La connivencia del ejecutivo con el legislativo es una cosa que se da por naturaleza en nuestro país. A lo contrario lo grandilocuentes colegas míos le llaman “falta de gobernabilidad”.

¿Qué pasa? ¿Es que ya no nos importa este país? O lo que pasa es que ¿le delegamos esa importancia que hay que darle al país al presidente y a “nuestros representantes”? No seamos tan ingenuos de pensar que lo que hacen los congresistas no es de conocimiento previo del presidente y sus asesores en la casa de Nariño.

Claro, estamos en una encrucijada, porque por un lado la espada de los que secuestran y asesinan y por otro la daga de empresarios sucios y cooptadotes del estado, dueños de la tierra y miembros y funcionarios de instituciones del estado violadores de derechos o corruptos. Mientras tanto nos toca o aceptar trabajos enajenantes que nos gastan tanto tiempo que no nos permiten ni pensar, o trabajos cuyo ambiente esta feliz como están las cosas, pro establecimiento y pro statu quo.

Como dice Negri, la multitud es una multiplicidad, un plano de singularidades, un juego abierto de relaciones, que no es homogéneo ( ). El pueblo, en contraste, continúa el mismo autor, tiende a homogeneizarse e identificarse internamente mientras sostiene sus diferencias con aquello que permanece fuera de él, excluyéndolo.

Siguiendo esto, ¿donde está la multitud? Los intelectuales que dicen, a los negros y los indígenas los estoy viendo muy solos en sus reivindicaciones. Y donde están los demás, los estudiantes de las universidades públicas y privadas. Todos los subalternos…

Entiendo que a veces se pone en peligro el trabajo y con él la comida para la familia, pero ¿y entonces? O puede ser que se están haciendo muchas cosas y uno no las ve. Pero el marco sigue igual, el estado sigue en picada y veo una moral baja. Como aceptando la derrota. Ojala alguien me respondiera y me dijera que no es así, que estoy equivocado y que los ejemplos son tales y tales y que me invita a que participe en ellos. Le daría un nuevo sentido a mi vida.
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1. HEGRI, Toni & HARDT, Michael. Imperio. Desde Abajo. Bogotá. 2001. p. 131.
 
Andrés Orlando Gómez López
Politólogo
drred5@hotmail.com

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