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¿Quién le teme al lobo feroz?

¡Cuidado, mucho cuidado! Ahí vienen los bárbaros, los comunistas, los ateos, los abortistas, los malos. Cierren las puertas, ahí vienen los enemigos de Dios

Semana
20 de mayo de 2006

Menos mal que tenemos a ese insigne intelectual grecocaldense, Fernando Londoño Hoyos, que con su límpida prosa nos ha aclarado lo que se juega Colombia en estas elecciones: o el triunfo del Presidente o la disolución del país. Por eso tuvo a bien recordarnos que Uribe, "ante sus tropas" (!), aclaró que los colombianos tendríamos que "escoger entre la Seguridad Democrática y la entrega de la Patria a los comunistas disfrazados". Oh, qué clarividencia. Su denuncia es tan valiente como exacta, pues agrega: "Carlos Gaviria es fiel discípulo de Carlos Marx". Y enseguida cita el Manifiesto Comunista, para que los colombianos temblemos de pavor: "Destruiremos por la violencia el antiguo orden social". Debemos agradecerle sus avisos, pues no cabe duda de que hoy asistimos a una malévola conspiración internacional para acabar con nuestra Patria, modelo de justicia y armonía. La conspiración, por supuesto, la dirige un lobo feroz disfrazado de cordero. Es barbudo: como Fidel, como Engels y, claro está, como Marx. Aunque la barba no es la única prueba de que es un peligroso comunista, su aspecto sí es indicio de lo que son sus verdaderas intenciones. Estamos rodeados de barbudos. Los sindicalistas, los desplazados, los maestros, los vendedores ambulantes, los jueces en huelga, los estudiantes, muchos periodistas, los guerrilleros de las Farc: todos están metidos en el Polo. El Polo, otro nombre falso para intentar engañarnos. El Polo es como las papayas: amarillo por fuera, pero rojo por dentro. Son rojos, y de Polo sólo tienen que nos dejarán fríos y volverán a Colombia una ex Patria helada, háganse de cuenta Siberia, con gulags incluidos. Gente muy peligrosa, esta que se opone a Uribe, y tan astuta como falsa. Dicen defender las libertades democráticas, pero en realidad su propósito secreto es entregarle el país a 'Tirofijo' y al 'Mono Jojoy'. Su líder parece una ovejita (envuelto en velluda lana blanca), le gusta fingirse que es Papá Noel, pero en realidad es una fiera enmascarada. Un comunista que pretende hacerse pasar por liberal. ¡Por favor, no sean ingenuos y voten por Uribe! Carlos Gaviria es un comecuras. Un depravado. Un inmoral. Nos va a expropiar la casa y el carro. Nos va a obligar a meter a nuestros hijos en colegios públicos. Va a expulsar a los jesuitas, a los franciscanos y a los benedictinos del territorio nacional para entregarles sus bienes a los trabajadores sindicalizados de Ecopetrol. Va a expropiar el Seminario Mayor y se lo va a dar en comodato al Comité Central, para que forme allí sus cuadros, los burócratas del Partido que aplicarán la dictadura, el despotismo del proletariado. Lo sabemos de buena fuente. ¡Ténganse fino! Carlos Gaviria cerrará los periódicos, nacionalizará la radio y la televisión; habrá un único canal estatal, en blanco y negro, donde sólo vamos a ver documentales sobre los avances de la medicina cubana y las maravillosas cosechas de arroz en Corea del Norte. Si no votan por Uribe, después no lloren, cuando los mendigos les invadan el apartamento, cuando les expropien la finca, cuando nos den cartillas de racionamiento para comprar los frisoles, cuando arrebaten a los niños del seno de sus madres y los metan a internados rojos para lavarles el cerebro con el catecismo de Mao y Stalin. ¿Es eso lo que queremos para nuestros hijos? Se sabe: el candidato izquierdista atenta contra la familia. Nos obligará a abortar y a casarnos con personas del mismo sexo. Es más: condenará al destierro a todos los que no acepten cometer pecados nefandos. ¿No apoya, pues, la unión entre los homosexuales? ¿No defiende la escuela pública y el aborto? Cuidado: les va a entregar a los desplazados las haciendas que abrimos con el sudor de la frente. Nacionalizará la banca, expropiará los ingenios: ¡y todos a la zafra, como en Cuba! Aunque, para que aguantemos las horas de machete, nos va a poner a todos a fumar marihuana. Es un vicioso que envenenó al país con la dosis personal, para adormecer la conciencia de nuestra juventud. Además es perverso: dizque tiene cuatro hijos y lleva 40 años casado, pero eso también es mentira, fingimiento, una mera estrategia electoral, en el fondo lo que busca es acabar con la familia, la célula primordial de la sociedad. Si llega al poder, tendremos que irnos a vivir a Miami: nombrará a Petro ministro de Defensa, ministro de Justicia a un Rodríguez Orejuela, canciller a Raúl Reyes, y entonces Colombia será inmolada, de rodillas ante Venezuela y Bolivia. Perderemos la Patria, vendida al mejor postor por unos cuantos barriles de petróleo y unas pipetas de gas. ¡Cuidado, mucho cuidado! Ahí vienen los bárbaros, los comunistas, los ateos, los abortistas, los malos. Cierren las puertas de sus casas. Échenle doble llave a la reja, pónganle un candado, una tranca, llamen al 123, exijan Seguridad, que ahí vienen los facinerosos, los aliados del terrorismo internacional, los enemigos de la propiedad privada, los amigos de Ben Laden, los enemigos de Dios que, como dice el perínclito ideólogo del régimen, "construirán un mundo transversal de lucha contra el Estado, la Religión, la Familia y la Moral". Ya lo saben: si no votan por Nuestro Señor Uribe, este país se disolverá.