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La destrucción de todo

Lo que hemos vivido las últimas semanas es una situación en donde cada congresista dispara una idea, algunas son verdaderas locuras. Esto ha llevado a que analistas, congresistas de oposición y periodistas estén reaccionando cada día a estas ideas. La consecuencia es que no existe una lectura que logre salir del día a día e ir a un análisis general.

Ariel Ávila, Ariel Ávila
24 de octubre de 2018

Actualmente cursan en el Congreso de la República, decenas de leyes y actos legislativos en donde la conclusión es que los partidos tradicionales y el gobierno pretenden destruir la Constitución de 1991, la consulta anticorrupción y el proceso de paz. Para opacar esto y garantizar que no exista gran escándalo han utilizado la estrategia de estar lanzando ideas disparatadas.  

En el caso de la consulta anticorrupción se puede decir que de las 11 normas, tres son actos legislativos. De los cuales uno lo hundió la Cámara de Representantes que era el de limitar el número de periodos para congresistas. El otro fue aplazado, que es el de la publicidad de la declaración de renta y sobre el último ni siquiera han radicado ponencia, el tercer acto legislativo se refiere a la reducción de salarios de congresistas. Este último tiene como coordinador ponente al congresista del Centro Democrático José Uscategui, es decir, lo tienen engavetado. Luego, hay ocho leyes, de la cuales dos avanzan porque fueron incluidas en un proyecto que lidera la Fiscalía y las otras seis, en la medida que el presidente Duque no ha enviado mensaje de urgencia están a punto de hundirse. Es decir, Duque y los partidos tradicionales como liberales, La U, Cambio Radical, conservadores y el Centro Democrático le mintieron al país y están incumpliendo lo que prometieron.     

Pero mientras esto ocurre y los políticos tradicionales dicen que sí apoyan la lucha contra la corrupción, aunque dejan hundir todo, lo que en cambio se está fraguando es una verdadera contrarreforma política y la destrucción del espíritu de la Constitución de 1991. Voy a dar un par de ejemplos. Lo primero que incluyeron en la contrarreforma política fue subir el cociente electoral del 50 al 75 por ciento. Esto lo que significa es que borrarán a las minorías políticas de los cuerpos colegiados. En Bogotá, los últimos tres partidos que lograron curul en el Concejo, saldrían del escenario para las elecciones de 2019. Así las cosas en dos o tres elecciones volveríamos a tener un bipartidismo político.

Lo otro que están impulsado los partidos de la coalición de gobierno es la segunda vuelta para grandes ciudades. El artículo tiene nombre propio: Bogotá. Aquí, lo que se quiere es detener el cambio político, como saben que pierden en votos quieren modificar la ley. Para Cambio Radical y el Centro Democrático es importante mantener Bogotá, no debe olvidarse que Peñalosa les ha entregado una gran cuota burocrática a estos partidos. Así que con la segunda vuelta garantizarían que todos los politiqueros se unan y venzan al candidato o candidata de los sectores alternativos.  Pero hay más, siempre los clientelistas tiene ideas. Quieren unificar elecciones, es decir, que en un mismo año se elijan alcaldes, gobernadores, Congreso, presidente, Asambleas y Concejos municipales. Esto derrumbaría el equilibrio de poderes diseñado por la Constitución de 1991. Puedo redactar dos o tres páginas seguidas de ejemplos, la conclusión es que están hundiendo la reforma anticorrupción y están aprobando una contrarreforma política para evitar el cambio político en Colombia.

Ahora bien, pero además de destruir la consulta anticorrupción y la Constitución de 1991, también están haciendo trizas en acuerdo de paz. En privado el presidente Duque le dice a la comunidad internacional que él mantendrá todo, que tranquilos, que va a cumplir. Pero está haciendo otra cosa, nuevamente diciendo mentiras.

Por ejemplo, en la Ley de presupuesto, aprobaron un artículo que viola toda la independencia de poderes. Según este artículo el Ministerio de Hacienda es el que administra los recursos de la JEP y los entregará sala por sala. Es decir, financiarán las salas que les dé la gana. Aunque ellos dicen que la JEP trae impunidad, lo cierto es que trae mucha justicia y le tiene pánico, por eso la quieren destruir. Además cursa en el Congreso un proyecto para sacar a los militares de la justicia transicional, o mejor, crearles una JEP paralela. Así las cosas ya sacaron a políticos y empresarios que se beneficiaron de la guerra, ahora quieren sacar a los militares y dejar la JEP solo para las Farc. Yo, como ciudadano que paga impuestos, le digo al gobierno, quiero que las Farc responda por sus crímenes, pero también todos los demás que cometieron crímenes, ya sean políticos, empresarios, militares o cualquier ciudadano. En la justicia transicional deben responder todos y no solo una parte.    

Bienvenidos a la era Duque.     

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