Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Al campo lo que es del campo

Incorporar el mundo rural, su producción y su gente a la economía del país va más allá de poner fin al ruido de las armas.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
2 de mayo de 2017

La hora de las anuncios ha llegado a su fin. Toca producir resultados.

De igual manera que los campesinos son conscientes de que las lluvias ya no llegan como preveía el Almanaque Bristol y que el campo ya no produce igual que antes, se requieren el dinero y un aprovechamiento mayor de la tecnología para ser rentables.

Incorporar el mundo rural, su producción y su gente a la economía del país va más allá de poner fin al ruido de las armas.

Corremos el riesgo de no tener conciencia de ello.

Se necesita una política agresiva en el campo, más allá del tema de la propiedad, restitución y legalización de predios.

Una política rural que vaya de la mano de desarrollos de infraestructura, sistemas modernos de comunicación que permitan monitoreo y asistencia permanente en diferentes espacios de producción.

Una política integral que se implemente para beneficio de todos los productores.

Colombia es poseedor de 26.5 millones de hectáreas con vocación agrícola. En 2015, el sector represento
el 6.1 % del Producto Interno Bruto (PIB).

No es un dato menor.

Este porcentaje de representación de la agricultura en nuestro PIB, en 2015, estuvo por encima del promedio de Latinoamérica que fue del 5.1% de acuerdo con datos del Banco Mundial.

Es una proeza que haya existido tal impacto desde la agricultura cuando para nadie son desconocidas las deficiencia en seguridad, desarrollo social, infraestructura, educación y apropiación tecnológica del mundo rural colombiano.

A pesar de este resultado, la pobreza en las zonas rurales del país es dos y media veces (2.5) mayor que la de las zonas urbanas.

Fortalecer el campo requiere la instalación de tecnologías innovadoras, accesibles a todos los productores al tiempo, que potenciar desarrollos de infraestructura que incrementen la capacidad productiva.

El 79 % de la producción agrícola del país esta representado en 8 productos: café, caña de azúcar, papa, arroz, yuca, banano, maíz y palma africana.

Existen también producciones menores como frutales, flores, hortalizas, algodón, forestales y soya pero estamos lejos de muchas de las eficiencias y volúmenes de producción de países de la región.

Necesitamos producir más cantidad, hacer uso efectivo de nuestro recurso de tierras, aguas y luminosidad.

La altillanura según todos los conceptos puede incorporar 4.5 millones de hectáreas adicionales a la producción. Igualmente el plan “Colombia Siembra” tiene como propósito sumar un millón más a la producción.

A pesar de las buenas intenciones y planes, la asignación presupuestal por parte del Gobierno para el sector en el 2016 fue de 1.9 billones de pesos y para el 2017 de 1.17 billones. Esas cifras representan tan sólo una porción de los 13.03 billones de inversión recomendados por año desde la Misión Rural, cuyas recomendaciones de inversión han caído en saco roto si nos atenemos a lo hecho durante los últimos años de este gobierno.
Ver: http://www.elcolombiano.com/negocios/agro/inversion-en-el-campo-de-colombia-YY3230809


Sin la inversión requerida el campo no logrará los niveles de inclusión y desarrollo que sepulten la violencia y el atraso al que han sido sometidos los pobladores rurales por décadas y que explican el indicador de pobreza 2.5 veces mayor en los habitantes rurales de Colombia.

@alvarojimenezmi
ajimillan@gmail.com

Adenda: La campaña presidencial del 2010 de acuerdo con la columna de Daniel Coronell es la prueba reina de que la ilusión de “la Ola Verde” se la robaron amigos de Santos y de Uribe con billete ventiao, no con afiches.

Noticias Destacadas