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Miguel Angel Herrera.

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Rodolfo y la viruela del mono

Rodolfo se despedirá seguramente este domingo con alrededor de 2,5 millones de votos, si las encuestas aciertan en su tendencia.

26 de mayo de 2022

Rodolfo Hernández y la viruela del mono se volvieron noticia casi al mismo tiempo. Comenzaron a aparecer de repente en los medios en los últimos diez días sin que la gente entienda muy bien el fenómeno que hay detrás de cada uno. Generan, los dos, más dudas que certezas y más temor que tranquilidad, al menos para algunos. Pero ambos son tendencia de opinión en las redes sociales, en los tertuliaderos y en los pasillos.

Por cuenta de Rodolfo, Fico está perdiendo brillo. Como la covid, por cuenta de la viruela. Innegable. Con el crecimiento del santandereano en las encuestas entendimos finalmente por qué Fico se quedó estancado en el segundo lugar sin crecer a lo largo de seis semanas. Lo que esperaba crecer en intención de voto lo recogió el exalcalde de Bucaramanga mostrando que el potencial que tiene Fico corresponde a intención del voto populista que no es de la izquierda, principalmente. O, en otras palabras, Rodolfo está creciendo en aquel electorado que no vio en Fico la promesa de cambio de derecha. Por tanto, la señal es clara para el segundo en las encuestas: hay que prometer “voltear la arepa”, como diría Rodolfo.

Pero muchos se preguntan por qué de un momento para otro, como la viruela del mono, reapareció Rodolfo luego de permanecer estancado durante varias semanas con 10 % de intención de voto, en promedio, en las últimas encuestas. Pocos lo veían con opción de pasar a segunda vuelta luego de quedar molido o casi desaparecido por los dos grandes ganadores de la consulta de las coaliciones interpartidistas. Ahora Rodolfo, como por arte de magia, muestra una intención de voto de alrededor del 20 % amenazando la posibilidad de que Fico pase a la recta final.

Las razones son variopintas. Por la proximidad de la primera cita electoral, muchos de los ciudadanos indecisos se la jugaron finalmente por una opción. Por eso las encuestas muestran que se está reduciendo el porcentaje de colombianos indecisos y de voto en blanco.

Pero lo que más explica el fenómeno es la sed de populismo que tiene el electorado que no había elegido candidato, o que lo había elegido pero sin total certeza. Rodolfo, al crecer súbitamente, demuestra que el populismo es el mejor antídoto para el populismo. Que gran parte del electorado es primitivo, como él.

Y también queda claro que hay un importante volumen de ciudadanos que acepta un líder populista, pero sin cambio del modelo económico.

Pero el solo voto de opinión, que es el que tiene Rodolfo, no será suficiente para pasar a segunda vuelta. Su independencia es virtud, pero también es defecto. Sin el respaldo de partidos y estructuras de poder político en los territorios que ponen los votos, será prácticamente imposible que le gane a Fico, quien ha demostrado capacidad de llenar buses y plazas públicas con el apoyo de los partidos y de los clanes tradicionales. Rodolfo despertó tarde para conseguir aliados políticos que le aseguren el voto “amarrado” sin el cual ningún presidente ha sido elegido en Colombia.

Rodolfo además se agota en lugares comunes. A diferencia de Petro, es un populista que piensa y habla como ciudadano. Es un populista de frases cortas. Es un monólogo. Ese estilo le servirá para acercarse a Fico en las encuestas con un sector de opinión, pero no le alcanzará para convencer a aquel electorado de opinión que busca ideas y propuestas, pues es un candidato flojo para analizar y proponer. Por eso decidió ausentarse de los debates de la última semana.

No sabemos qué haría frente a la inflación, el narcotráfico o el acuerdo de paz, por ejemplo. Por lo cual es esperable que ni siquiera todo el electorado populista de opinión de derecha y centroderecha esté con él en la cita del 29 de mayo, pues muchos esperaban verlo en los debates de esta semana para confirmar su voto.

Y aunque la intención de voto de Rodolfo no es solamente de derecha y centroderecha, porque su principal virtud es atraer incluso a votantes de izquierda, el santandereano es en esencia un exitoso hijo del sistema económico neoliberal de las últimas tres décadas. Por ello es percibido como antagonista natural de Petro y como aliado incondicional del modelo económico actual, como Fico.

Su capacidad de atraer a todos los espectros políticos, y particularmente a la izquierda, proviene principalmente de su compromiso contra la corrupción política y contra las formas tradicionales de hacer política. Allí está su promesa central de cambio, en la que muchos creen. Pero el peso del modelo económico en estas elecciones ubica a Rodolfo más hacia la centroderecha que hacia la izquierda.

Eso explicaría que Petro lo vea ahora como su principal amenaza, mientras Fico lo observa como su principal esperanza. Rodolfo seguramente no ganará, pero hará ganar a Fico.

No todos los rodolfistas quieren a Fico, pero sí muchos son antipetristas y tendrán que jugar contra él en segunda vuelta. Fico entonces tiene el gran reto de acercarse a ese electorado que va a quedar acéfalo desde el próximo lunes. Si lo hace bien, su triunfo será inminente.

Rodolfo se despedirá seguramente este domingo con alrededor de 2,5 millones de votos, si las encuestas aciertan en su tendencia. No le será suficiente para convertirse en el Trump colombiano, pero sí para marcar la pauta hacia el voto finish que veremos entre Petro y Fico.

Le habrá hecho un gran favor inconsciente al último y herido de muerte al primero. Veremos que fue tan efímero como la viruela del mono, pero habrá dejado claro que el populismo de derecha en Colombia sigue siendo la mejor opción para enfrentar a futuro a Daniel Quintero, que será el reemplazo del mítico y eterno candidato Petro.