Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

La Gran Estafa II

Sabemos que el programa de gobierno no se cumplió, la política de seguridad democrática por la que se eligió el actual gobierno se fue al traste.

Guillermo Rodríguez M., Guillermo Rodríguez M.
20 de abril de 2014

A un escaso mes de la celebración de elecciones presidenciales en Colombia, muchos hacen cabalas sobre la imposible reelección del hoy candidato presidente Santos. Los favorecidos por el régimen ven con simpatía la reelección de la administración del desgobierno. Por otro lado, los desprevenidos ven con benevolencia los actos del hoy cada día más candidato y menos presidente. Están los que denominaremos estafados que claramente son la mayoría de los colombianos que apoyaron con su sufragio al gobierno actual, estos que votaron de forma incauta por un liberal sin identidad atraídos primero, por la posible continuidad con quien mejor ha gobernado a Colombia en su historia republicana, y segundo porque era probable que se ampliaría la agenda social.

La agenda social no se cumplió en lo mas mínimo, si de revocar se tratare en nuestra democracia. Si existiera esa posibilidad de revocar a presidentes y congresistas, no habría lugar a duda alguna que Santos sería el número uno y top en revocatorias. Lamentablemente el constituyente del 91 no dio la posibilidad al electorado de revocar a presidentes y miembros del Congreso. ¡Grave error! Las estafas al pueblo colombiano son un ramillete de centenas. Por ejemplo, la grave ineficacia de la justicia, ya todos conocemos el caso Dragacol, sus protagonistas, o para citar uno de tantos el caso Colmenares.

Sabemos que el programa de gobierno no se cumplió, la política de seguridad democrática por la que se eligió el actual gobierno se fue al traste, las posibilidades de atraer inversión extranjera se fueron por la borda. Los avances en protección a víctimas de la violencia, sindicalistas, líderes comunales, fueron parte del apaño. A eso hay que sumar la política antidrogas del país, la cual incluye un declive importante del número de nacionales solicitados en extradición y extraditados por el gobierno nacional, en materia económica el engaño ha sido mayor digno de un país macondiano como lo diría García Márquez (q.e.p.d.).

Se embarcó a todo un país de cabeza en un proceso de paz sin ningún tipo de resultado, sin ninguna expectativa se mantiene una mesa de diálogos en medio de terror y muerte. No hubo una semana santa en paz tan solo en Totoró (Cauca). Una patrulla de la fuerza pública fue emboscada de manera vil, salvaje y cobarde, por parte de la columna móvil Jacobo Arenas de las FARC. Solo esto es un punto minúsculo de lo que sucede en este proceso, todos los días nuestros policías, soldados, infantes de marina, son atacados brutalmente por parte del grupo terrorista y cartel de narcotráfico mas grande y temible del mundo, pero en Palacio de Nariño no pasa nada.

Los fiascos son bastantes. Por ejemplo, la reproducción de actos administrativos por parte del Ministerio de Gobierno con graves fallas en su motivación. Eso desde lo micro hasta lo macro, porque el gobierno nacional no le cuenta al país que el proceso de paz esta en nada, que las conversaciones en La Habana a nada conducen, que la semana pasada el proceso sufrió uno de los mas graves estancamientos, si así se le puede llamar a eso, como estamos hoy no es nada diferente a la situación vivida a finales del 99 en pleno gobierno Pastrana en donde en una zona de distensión se montaba el mas temible proceso para – militar, el fortalecimiento de las FARC en los pozos Caquetá. ¿Cuál es la diferencia con La Habana?

Toda organización armada, uniformada y con estructura propia al margen del Estado es desde luego una organización paramilitar, criminal, etc. El contexto cíclico de nuestra historia ponderara a el actual gobierno como el mas nocivo para el Estado de derecho, y el mas genuflexo con el paramilitarismo tratándose concretamente con la organización narcoterrorista de las FARC. ¿Quién controla los movimientos de los “negociadores” en La Habana? ¿Quién garantiza que no salen de la isla? Vale señalar que las estafas a los colombianos son numerosas como sus intentos, hoy se pretende hacer conejo en la elección de alcalde mayor de Bogotá. Ayer intentaron vender Isagen la joya de la energía en Colombia, empresa que fue valorada por los socios de Interbolsa.

En Twitter: @GuilloRodrig
*Abogado, director ejecutivo Gobierno, Seguridad y Desarrollo.