Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Se quitaron la careta

Se ha vuelto popular el cuento de reducir el Congreso para llevar esos recursos a la atención de la pandemia. En la vida real se ahorraría muy poca plata, pero el discurso es vendedor.

Ariel Ávila
30 de abril de 2020

Para muchos, podría ser una coincidencia, para mí no lo es. De hecho, a medida que fui preguntando, me di cuenta de que muchas personas pensaban lo mismo. En los últimos días, se presentaron dos fenómenos complejos en materia política. Por un lado, una parálisis del Congreso de la República. Si bien, han vuelto a discutir de forma virtual, lo cierto es que están alejados de la agenda nacional, hay poco control político y muy bajo protagonismo nacional. Lo otro que sucedió, fue que una serie de congresistas del partido de gobierno, el Centro Democrático, lanzaron una serie de propuestas antidemocráticas y dictatoriales y no fueron corregidos o desautorizados, ni por el presidente, ni por las directivas del partido. Hablaron de intervenir el Congreso y reducirlo.

Sobre el tema de la ausencia del Congreso en la agenda nacional se mezclan cuatro cosas. Por un lado, unos congresistas con miedo por el virus y otro muy cómodos en sus fincas, entonces la virtualidad les favorece, además no deben coordinar mucho con sus compañeros de partido y cada cual disperso hace lo que quiere. En segundo lugar, esa virtualidad hace que el control político no se hubiese podido desarrollar de forma aceptable: un delegado del Gobierno habla por 30 o 40 minutos y luego cada senador tiene 3 o 5 minutos para hablar, así es imposible hacer control político. En tercer lugar, hay un desespero, principalmente en la Cámara de Representantes, por aprobar la votación virtual, pues sus agendas legislativas se les van a hundir. Por último, el Gobierno quiere presionar la votación virtual, con eso, garantizaría sin mucho escándalo la aprobación de su agenda.

Con respecto al tema de las propuestas de miembros del Centro Democrático, todo parece indicar que se quitaron la máscara o careta. Dejaron ver sus intenciones. Básicamente, quieren aprovechar esta anormalidad para aprobar sus reformas y trasformar el Estado. Por un lado, quieren reformar el proceso de paz aprovechando la virtualidad y que la agenda de la pandemia oculte ese debate. Por ello, el representante a la cámara, Eduard Rodríguez, lanzó esa propuesta de utilizar los recursos de la paz, que son muy bajos, para la crisis del nuevo coronavirus.  La intención de fondo es modificar los acuerdos de paz y no tanto redireccionar la plata.

En lo que tiene que ver con las propuestas de reducir el Congreso el objetivo es crear un legislativo más manipulable, entre más pequeño el Congreso más fácil de manipularlo y comprarlo. No se debe olvidar que en los casi dos años de gobierno de Iván Duque sus mayorías ha sido inestables. La propuesta de intervención es evitar el control político y que no se cuestione al Gobierno. Se debe decir, que nadie del Gobierno o directivas del partido desautorizaron estas afirmaciones hechas por congresistas.

Las versiones sobre la ausencia del Congreso, falta de trabajo y sueldos altos, así como su desprestigio ante la opinión pública serían aprovechadas por el Centro Democrático para reformar el Estado, y crear la arquitectura institucional a su acomodo. Con el cuento de ahorrar plata, de que los congresistas no trabajan, esperan lograr aliados en la opinión pública. El problema es que mucha población ha caído en ese discurso. Se ha vuelto popular el cuento de reducir el Congreso para llevar esos recursos a la atención de la pandemia. En la vida real se ahorraría muy poca plata, pero el discurso es vendedor.

Lo otro que impresiona es que ante las propuestas tan antidemocráticas y contra el Estado de derecho nadie dijo nada, nadie se inmutó.  Modificar el equilibrio de poderes es destruir la democracia. En fin, al menos sabemos las verdaderas intenciones del Centro Democrático, o al menos para dónde van.

 

 

 

 

Noticias Destacadas