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Habib, el demorador

Hoy nadie sabe dónde está para hacer efectiva la captura. Muchos aseguran que se estableció en Líbano, un país sin tratado de extradición, donde está a salvo de la justicia colombiana.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
26 de octubre de 2013

Pasaron casi siete años entre la apertura de la investigación de la Corte Suprema de Justicia al entonces senador Habib Merheg y la expedición de una orden de captura en su contra. Es curioso pero la Justicia va a paso de tortuga en todo lo que tiene que ver con este antiguo legislador pereirano y empresario de televisión por cable. 

Habib ha manejado con maestría los vacíos legales y las interpretaciones jurídicas para poner en el carril lento cualquier proceso contra él.

Ha estado libre a pesar de que hace años existen evidencias que lo vinculan con el narcoparamilitarismo y específicamente con Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. Sobre esas relaciones han declarado Pablo Sevillano, Ernesto Báez, Rasguño y recientemente Don Berna. Las explicaciones de Merheg no parecen mejores que las de otros parapolíticos pero los plazos de acción de la Justicia sí le han resultado más propicios.

Los paramilitares aseguran que el senador Merheg era integrante del Bloque Central Bolívar y que recibió dineros de varios de ellos que contribuyeron a aumentar su fortuna. 

Además de esos testimonios, hay claras pruebas de votaciones atípicas a favor de Habib Merheg y del heredero de su curul: su hermano Samy Merheg. El ejemplo más claro se da en una zona de Nariño dominada antes por Macaco y  ahora por los Rastrojos. La Misión de Observación Electoral (MOE) y la Corporación Nuevo Arco Iris encontraron que tanto Habib como Samy han conseguido las mayores votaciones para el Senado en Tumaco.

Como si fuera poco, Habib Merheg es un pionero de la apropiación ilegal de baldíos en el Vichada.
En 2008, la revista SEMANA inicialmente y después la Unidad Investigativa del diario El Tiempo revelaron la existencia de una gigantesca operación de apropiación de tierras en las que sonaron juntos los nombres de Habib Merheg y Macaco.

Asegurando que eran colonos que llevaban varios años viviendo y trabajando en el Vichada, 31 allegados al senador Merheg se hicieron adjudicar 38.000 hectáreas en La Primavera. La revelación del escándalo llevó a las autoridades a visitar esos territorios. La sorpresa fue mayúscula porque allí nadie conocía a los adjudicatarios pero sí al senador Merheg.

Entre los colonos de mentiras estaba un concejal de Pereira, del grupo de Merheg Colombia Viva, llamado Alejandro de la Cruz Méndez, al que el Estado le había concedido 1.222 hectáreas. También se convirtió en hacendado el secretario general de Colombia Viva, Eduardo Javier Parra, que recibió 1.279.

Otro dirigente de ese partido recibió 1.112. Se trata de Carlos Andrés Vega, coordinador de ese movimiento en el occidente del país y posterior gerente de la empresa de Servicios Públicos de Dosquebradas, Risaralda.

Hasta un miembro de la Unidad de Trabajo Legislativo de Habib Merheg, llamado José Lizardo Lopera, se volvió adjudicatario de una hacienda llamada El Cedro.

Merheg se defendió diciendo que él se había limitado a recomendar la inversión a “unos amigos” pero negó que allí hubiera propiedades de Macaco.

El Incoder emprendió las acciones para quitarles las tierras a los falsos colonos, pero los amigos de Habib resultaron tan hábiles para el litigio como él. 

Las tutelas estratégicamente manejadas les dieron resultado por un tiempo. Incluso un juez –de Dosquebradas– ordenó que le devolvieran las tierras a uno de los allegados de Habib que esperaba en Risaralda, en el otro extremo de Colombia, sus reconocimientos como sufrido colono del Vichada.

Los casos finalmente los ganó el Incoder después de engorrosos y dilatados procesos judiciales.
Habib perdió esa batalla pero no la guerra. Hoy nadie sabe dónde está para hacer efectiva la captura. Muchos aseguran que se estableció en Líbano, un país sin tratado de extradición, donde está a salvo de las peticiones de la Justicia colombiana.

Sin embargo en un registro público de Estados Unidos, Habib Merheg figura como morador de una cómoda casa vecina a un campo de golf en el Doral, Florida, en la zona metropolitana de Miami. El título de la propiedad está a nombre de una de sus esposas.

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