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El indispensable

El Presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Carlos Chacón se ha vuelto uno de los personajes más poderosos del Congreso; es amigo de sus amigos y una pesadilla para sus contradictores. Es cálido y calculador, cercano e implacable, un director de orquesta útil para tramitar rápidamente proyectos complejos y al mismo tiempo un experto en empantanarlos, cuando así lo quiere.

Lucas Pombo, Lucas Pombo
9 de mayo de 2019

Un año le bastó al Presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Carlos Chacón para erigirse como una de las figuras más importantes del Congreso de la República. En las elecciones pasadas, el representante nortesanatendereano tomó la decisión estratégica de no dar el salto al Senado, quedándose como el pez grande del estanque pequeño; supo aprovechar como pocos el tiempo de su presidencia y ahora acumuló más poder que muchos de sus colegas en la Cámara Alta.

Chacón -como lo llaman sus compañeros en la Cámara- es amigo de sus amigos y una pesadilla para sus contradictores. Es cálido y calculador, cercano e implacable, un director de orquesta útil para tramitar rápidamente proyectos complejos y al mismo tiempo un experto en empantanarlos, cuando así lo quiere. Este Presidente de la Cámara de Representantes se volvió la talanquera de la agenda legislativa del presidente Duque, en una coyuntura en la que la "luna de miel" que normalmente tienen los gobiernos en su primer año fue reemplazada por un pulso político permanente con distintos sectores.

Por el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo y el trámite de la Reforma a la Justicia sirvió como muestra de lo que era capaz el presidente Chacón. Armado únicamente con el reglamento del Congreso y su influencia entre los representantes a la Cámara, Chacón hundió - por convicción o por su cercanía con la Rama Judicial- uno de los proyectos más importantes del presidente Duque, mientras que el Gobierno observaba con impotencia cómo hacía agua su iniciativa. El pulso que se vivió entre la Ministra de Justicia y el presidente de la Cámara lo ganó este último, debilitando la posición del Gobierno en la Cámara Baja, donde incluso se llegaron a elevar voces que proponían una moción de censura.

Chacón volvió a mostrar sus galones en el trámite del Plan de Desarrollo. En una carambola a tres bandas, el Presidente de la Cámara tramitó los más de 300 artículos del proyecto reivindicándose con el Gobierno, que terminó la sesión agradeciéndole sus buenos oficios, y dejando maniatado al Senado que, resignado, tuvo que acoger el texto aprobado por sus vecinos en el Capitolio Nacional. Eso sí, el Presidente de la Cámara no dudó en impulsar en el Gobierno, sin el aval de Gobierno, el aumento de los aranceles a la importación de textiles, que llevó a una lluvia de demandas que tendrán que ser resueltas por los jueces del país.

A Alejandro Carlos Chacón le queda poco más de un mes en la cabeza de la Cámara de Representantes y después volverá a ser uno más de los 171 congresistas con los que comparte recinto. A partir del 20 de julio se verá si el poder de Chacón se desvanece con la dignidad de la Presidencia o si las posiciones que asumió, los favores que hizo  y los amigos que ganó este último año le permiten seguir escalando el escalafón de la política nacional.

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