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Putumayo: nuestra oportunidad

Admirables las expresiones y hechos de solidaridad con la gente del Putumayo, los putumayenses.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
3 de abril de 2017

Nada más afortunado para las dificultades y divisiones del momento político que se vive que encontrar elementos de unidad entre los colombianos.

Si bien el proceso político alrededor de las negociaciones de paz y el fin de la guerra con las FARC y ojalá con el ELN, no logra reunir la voluntad de todo el país, el dolor de esta tragedia podría logarlo.

Paradójico que en la tragedia y no en la negociación de paz esté la oportunidad para la unidad nacional frente al dolor de otros, no solo en la emergencia, sobre la cual se está actuando, sino para conseguir la estabilización institucional, económica y social de este departamento.

Por ello, la solidaridad y las voces de apoyo no pueden ser flor de un día, ni de meses, deben ser de tiro largo.

En el Putumayo como en el Chocó, se condensan las oscuridades y brillos posibles que tenemos como país: riquezas naturales, biodiversidad, abundantes aguas, diversidad étnica, violencias sostenidas por décadas, narcotráfico, complicidad histórica con el paramilitarismo, guerrillas, empresas nacionales de vigorosa economía, inversionistas internacionales de gran capital, posibilidades de desarrollo agroindustrial y una frontera binacional que es al tiempo oportunidad y debilidad.

Sumado a esto, la ciudadanía cansada de la corrupción y la politiquería, mediante el voto popular entregó en las últimas elecciones la dirección del departamento a a una expresión política nueva, (el Partido Verde) y a una mujer joven Sorrel Aroca.

Ese Putumayo olvidado desde la sangrienta época de las caucheras, al que solo después de 80 años de haber iniciado la explotación petrolera le están pavimentando la vía desde Mocoa, su capital, al municipio de San Miguel, fronterizo con Ecuador.

Ese Putumayo cuya tasa de incidencia de pobreza multidimensional (IPM) es de 78,61 %, lo que significa que de los 310.132 habitantes censados en 2005, 243.809 sufren privación en cinco de los 15 indicadores de esta medición, es decir que están por debajo de la línea de pobreza. Ver: (datos de antes de la avalancha).

Este departamento brinda la oportunidad para que Colombia entera limpie sus culpas, compense sus corrupciones y reúna los odios de todo tipo en una tregua política, que permita sumar todos los esfuerzos, recursos e inteligencias para proteger los innumerables niños, jóvenes y ancianos que son a todas luces la población mayormente vulnerada y que permita dedicarnos a construir en el Putumayo un ejemplo de inclusión social, económica, política con desarrollo que fortalezca la democracia para todo el país.

En este laboratorio que se nos presenta para construir la paz territorial hay insumos envidiables así:

1. El Partido Verde gobierna con Sorrel Aroca, joven líder que ha demostrado, como ambicionamos en el país, que la corrupción no debe ser más el centro de lo político como hasta ahora ha sido.
2. Hay una presencia sostenida del presidente y del gobierno allí durante estos días, lo que moviliza los recursos del poder institucional.

3. La fuerza de lideresas como Amanda Camilo y las mujeres de la Ruta Pacífica, permanentes promotoras sociales y educadoras permanentes de lo popular en este departamento.

4. El liderazgo y capacidad de convocatoria del espacio para la paz territorial del Putumayo y de la mesa regional de organizaciones sociales y campesinas del departamento.

5. El importante valor que representa tener en el Putumayo a las FARC en cese definitivo de fuego y concentradas.

6. Las fuerzas de Ejército y Policía que en solo dos días han mostrado cómo de una relación de desconfianza permanente con las comunidades y de ellas frente al uniformado se pueden transformar en herramienta de seguridad y confianza para los más vulnerados y no exclusivamente para los poderosos o los intereses de fuera de la región.

Con estos insumos aprovechados de manera coordinada, y un liderazgo acertado, se puede conseguir que la tragedia y el dolor de los putumayenses haga visible un camino de futuro para todos los colombianos.

Amanecerá y veremos.

Adenda: 14 sobrevivientes de accidentes por minas del Putumayo viajaron a Bogotá desde el 31 de marzo para participar el sábado primero de abril en varias actos que celebran el 4 de abril como Día de Acción contra las Minas a nivel internacional.
Desde Bogotá vivieron la angustia por sus familiares y amigos. Regresan para acompañar la tragedia.
Los sobrevivientes de las minas y las víctimas en general son también factor de solución.
ajimillan@gmail.com
@alvarojimenezmi

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