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Uber : la papa caliente

En México, el Distrito Federal se convierte en la primera ciudad de América Latina en reglamentar Uber. Colombia debe seguir, es urgente.

Rodrigo Lozano Vila , Rodrigo Lozano Vila
16 de mayo de 2017

Uber es una realidad mundial. En Japón no pegó porque el servicio de taxi es excelente y profesional. En Brasil al igual que en varios países europeos se prohibió por completo. En Estados Unidos existe reglamentación y los vehículos deben someterse a ciertas reglas, incluyendo la identificación plena de los vehículos. En Santiago de Chile Uber existe, pero la Policia está al acecho con fuertes operativos.

Imagínese una papa caliente. Su cáscara hierve, podría quemarle las manos. Si alguien se la pasa, su reflejo o instinto inmediato es hacer algo con la papa, pero sin pensarlo.

Este es el caso de Uber, una papa caliente. Está ahí, existe, es una realidad y es difícil hacerle frente, reaccionar de manera adecuada. Se pasan la papa. Existe un decreto reglamentario de 2015 y un proyecto de ley. El gremio de los taxistas se considera lesionado, afirman que Uber les está quitando trabajo y que es competencia desleal.

El decreto reglamentario data de noviembre de 2015, en la foto aparecía todo el mundo, y el vicepresidente, encargado de tan importante tarea se preciaba de haber logrado dicha reglamentación tras un arduo trabajo, donde participaron todas las partes. Los taxistas se declaraban satisfechos. Uldarico Peña, lider de los amarillos decía tener lista su propia "plataforma" para empezar a trabajar.

Pero como muchas cosas en este país la fiesta no duró y al guayabo se resiente.

Uber es una realidad cómoda para muchos, e incómoda para otros. Cómoda? Sí. Es la manera más lógica y racional para transportarse de un lugar a otro, para beneficio de quien presta el servico, del usuario y de la ciudad. El vehículo a diferencias del medio de transporte tradicional (o Taxi) no se está desplazando innecesariamente por las vías (ya suficientemente congestionadas) de la ciudad quemando combustible y esperando la alzada de un brazo del usuario, para que desde la comodidad de su asiento sin bajarle el volumen al radio el taxista haga la pregunta esperada : "¿a donde va?" y responda lo que ya todos sabemos. El usuario de Uber se resiste a pensar que alguien quiera acabar con algo tan bueno, que funciona tan bien.

Uber transporta pasajeros en función de una oferta y una demanda administradas (inteligentemente) por una plataforma tecnológica, no por los azares del destino. Una orden de servicio es despachada para atender la demanda, sin criterios subjetivos. Según la necesidad del cliente, no de los caprichos del prestador del servicio. El modelo genera estímulos para que el prestador del servico lo haga bien, sea amable y tenga el vehículo en buenas condiciones.

¿Incomoda? Si. Para el gremio de los taxistas, pues los saca fácilmente de su zona de confort, de un "monopolio" usurpado y abusivamente explotado por unos pocos. Un medio donde (salvo por los excesivos sacrificios que la misma forma arcaica e irracional de prestar el servicio impone a los taxistas y el desmedido número de vehículos disponibles) es relativamente fácil satisfacer la demanda y las necesidades de los usuarios, dominando un mercado cautivo y donde a excepción hecha de la buena voluntad y decencia de lo que consideramos (y esperamos) la gran mayoría de taxistas, no se generan estímulos reales para prestar un servicio de calidad. La mediocridad se impone. De ahí surgen los carros sucios, el radio a todo volumen, la ruta que se le antoja al taxista, el no tener vueltas, y todo lo que padecemos.

Como todos los adelantos tecnológicos modernos, la realidad supera la capacidad del Estado para reglamentar y lograr un adecuado funcionamiento del servicio a través de la "plataforma" o avance tecnológico. Existe un primer momento de negación, durante el cual se pretende enfrentar los hechos, ciertos, contundentes y evidentes con todo tipo de salidas en falso.

Una de las principales salidas en falso fue la mal lograda reglamentación, la ausencia de ley reglamentaria y la primera pasada de la papa caliente entre el Ministerio de Transporte y el Ministerio de la TIC.

Se trata de transporte público de pasajeros, corresponde a Mintransporte, decía Min Tic y lo mismo hacía Transporte argumentando el tema de la "plataforma", pasando la papa a nuevamente a Min Tic.

El reciente paro de taxistas nacional, y la la impotencia con que los mandatarios locales "enfrentaron" la situación (pasándole la papa al gobierno) lo confirman : Uber seguirá siendo esa papa caliente que todos se seguirán pasando. Ni siquiera durante un día, en el cual se vio comprometida la movilidad de ciudades enteras, los mandatarios locales pudieron ponerle el pecho al problema.

Mientras tanto, gobernantes locales y ciudadanos por igual seguiremos esperando. Los ciudadanos usaremos la plataforma, pues consideramos que en un marco de libre competencia es nuestro derecho de acceder a un servicio seguro y de calidad, frente a uno inseguro y de mala calidad. Tambien seguiremos aburridos de tener que padecer un mal servicio cuando elijamos tomar taxi.

Vemos lo ocurrido en México. Además de fijar las condiciones de prestación del servicio y de los vehículos (ser vehículos de gama media para arriba con aire acondicionado), se establece una contribución anual, permisos anuales para los conductores y una tasa especial del 1,5 por ciento de cada viaje que irá a un fondo especial para el taxi, la movilidad y el peatón.

Como ayudaría a un ciudad colombiana poder contar con un fondo especial como el mexicano, en beneficio de peatones y de la movilidad. Que cesaran los enfrentamientos entre blancos y amarillos y que finalmente los usuarios pudiéramos elegir libremente el servicio que queremos usar.

Pero a diferencia del DF, que por ser un estado federal puede reglamentar con fuerza de ley determinados asuntos como el de transporte de pasajeros, acá en Colombia tendremos que seguir esperando la inspiración de los padres de la patria para tener una ley que tenga sentido y una voluntad política muy seria, sumada a autoridad y determinación para solucionar el problema de raíz, no con paños de agua tibia.

Pero esto no será pronto, recordemos que vienen eleciones y que los amarillos son una fuerza electoral importante. Ahí les dejo pues la papa caliente.

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