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Una Verdadera Reforma Tributaria (Por Rafael Rodríguez-Jaraba)

Semana
25 de julio de 2006

Una verdadera reforma tributaria de contenido social, debe atacar el déficit fiscal reduciendo el gasto, y no aumentando el ingreso.

Como parte fundamental de la reforma tributaria, el gobierno debe desplegar una cruzada sin antecedentes para sitiar la corrupción y acabar con el despilfarro del gasto. Aumentar la carga tributaria sin combatir la corrupción y sin optimizar el gasto, es admitir la debilidad del estado para combatir el delito y seguir aceptando la irresponsabilidad con que muchos funcionarios administran los dineros públicos.

Colombia puede robustecer su hacienda pública disminuyendo los impuestos, si extirpa la corrupción y combate la ineficiencia del gasto. Corrupción e ineficiencia son costosos flagelos, que restringen la inversión pública, que acrecientan el déficit fiscal, que aumentan el endeudamiento y que crean justa desconfianza en el contribuyente.

Conjuntamente con una declaratoria de guerra a la corrupción y a la ineficiencia, el país debe modificar su sistema de impuestos, mediante una reforma tributaria audaz y sostenible, inspirada en equidad y razonabilidad, que busque fundamentalmente dinamizar la economía, disminuir diferencias, y pagar la abultada deuda social.

El nivel de tributación en Colombia es exagerado y desigual. Grava la generación de empleo, desestimula el consumo y otorga injustos beneficios a sectores solventes, creando hondas discriminaciones que desdicen de la neutralidad del estado y que terminan estimulando inconformidad y renuencia fiscal.

De la equidad de los impuestos, depende en buena medida la disciplina fiscal de los contribuyentes, así como la disminución de la evasión y de la elusión. Los impuestos deben ser justos y proporcionados a los ingresos. Su imposición debe consultar el mejoramiento económico de la sociedad y no solo el fortalecimiento de las arcas del estado.

Una verdadera reforma tributaria debería:

1. Reducir el déficit fiscal, por el lado del gasto y no del ingreso.

2. Declarar la guerra a la corrupción y al despilfarro.

3. Acabar con todo tipo de exenciones y beneficios tributarios.

4. Eliminar los impuestos a la nomina, del 4X1000, y al patrimonio.

5. Universalizar una tarifa de renta del 28%.

6. Eximir del pago de renta los sueldos inferiores a 8 salarios mínimos, y los superiores a este monto, gravarlos con un impuesto escalonado por número de salarios mínimos a partir del 15% sin llegar a una tasa superior al 28%.

7. Establecer un IVA de 10% para productos de consumo masivo, exonerando los productos básicos de la canasta familiar, y los gastos en salud, educación, vivienda, transporte y servicios públicos domiciliarios.

8. Establecer un IVA de 25% para telefonía celular y productos suntuarios.

9. Establecer auditorias oficiosas a todas las empresas que arrojen perdida o aumentos desmesurados en sus gastos, evitando la compra de pasivos o de obligaciones ficticias.

10. Acrecentar penas y sanciones para administradores, miembros de juntas directivas, contadores, y revisores fiscales, por elusión y evasión de impuestos.

Colombia requiere de una reforma tributaria progresista que sin aventurar la seguridad fiscal del país, estimule el pago de impuestos, disminuya la evasión, aliente la inversión, incentive el consumo y promueva la creación de empleo.

La reforma tributaria es una oportunidad que no debe desaprovechar el gobierno, para modificar el rumbo económico de la nación.

*Consultor Jurídico & Corporativo.

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