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¡Qué vergüenza!

El país está indignado por el mal manejo que se le está dando a los recursos donados por gobiernos extranjeros y demás organizaciones, al acuerdo de paz y la etapa posconflicto.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
6 de abril de 2018

Que las entidades posconflicto estén entrando en crisis es sumamente grave para el acuerdo de paz. Esto quiere decir que se está violando flagrantemente para los beneficiarios lo acordado en La Habana – Cuba. 

La renuncia del secretario de la JEP, que forma parte de las entidades posconflicto, es clara demostración que al interior del ministerio del ramo están ocurriendo irregularidades. Hay que corregirlas de inmediato no sea que nos dejen solos con el balón en la mano.

Por esta columna lo hemos alertado varias veces, sin embargo, nuestro clamor siempre se queda en el vacío; es vergonzoso que sean los propios gobiernos y organizaciones donantes quienes estén colocando en tela de juicio las inversiones poco acertadas con los recursos que han aportado de tan buena voluntad.  

Razón tienen los países aportantes en reclamar del gobierno la poca efectividad de los proyectos productivos posconflicto, puesto que no cumplen con los estándares del recurso humano frente a los diferentes procesos de desarrollo. Son varios los programas que se inician y se quedan en mitad del camino, puesto que quienes los direccionan no tienen la experiencia requerida.

El malestar de los países donantes y demás organizaciones, a los programas posconflicto tiene justificación: hemos hecho seguimiento a varios de ellos, no se compadecen con su razón de ser, ni mucho menos con la evaluación del recurso humano frente a los diferentes procesos de desarrollo.

Son varias las quejas de: desplazados, reinsertados, cultivadores de ilícitos y raspachines, que les ha tocado emigrar nuevamente a sus oficios anteriores, puesto que no encontraron en los programas posconflicto respuesta positiva a sus angustiosos problemas.

Pareciera que las personas designadas para desarrollarlos no tienen la más mínima experiencia en el manejo de asunto tan delicado y fundamental para afianzar el acuerdo de paz en nuestro país.

Noruega, Suecia y Suiza, con más de USD 600 millones de dólares aportados, han tomado la iniciativa de reclamar al Gobierno sobre la poca efectividad de estos recursos, por lo tanto, están a la espera, se les dé mayor claridad.

En conclusión, se requiere de una reestructuración de mucho fondo frente a los programas posconflicto, si bien hemos encontrado respuestas humanitarias y bondadosas, hay que manejarlas con suficiente altura, honestidad y responsabilidad.

urielos@telmex.net.co  

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