OPINIÓN
¿Qué pasa con las exportaciones?
Cuando un país empieza a perder su vocación exportadora, es urgente revisar el aparato productivo para conocer con certeza dónde están las fallas.
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Muchos analistas atribuyen la descolgada de las exportaciones a la caída
de los precios del petróleo, considero que es una forma fácil y
equivocada de mirar el prisma de la realidad, que al terminar el primer
trimestre del 2015 va teniendo estados de alerta.
Es inaceptable con el precio del dólar, - en las últimas semanas superó
la barrera de los $2.500- vengamos en descolgada con los productos que
hasta hace unos meses estaban ocupando la primacía en los mercados
internacionales.
Existen factores internos y externos, que considero son la causa
primordial: el mes de febrero mostró un descenso del 28.5 % de los
productos no tradicionales, que en años anteriores venían jalonando el
éxito irreversible de la balanza de pagos, que a la fecha se encuentra
con tic de nerviosismo.
Por consiguiente, es oportuno hacer algunas observaciones, que desde la
óptica de Comunidad y Desarrollo consideramos son las causas
primordiales, y de imperiosa necesidad corregirlas en el menor tiempo
posible:
1. Factores Internos: falta de pedagogía frente a los
tratados de libre comercio, TLC, que ha firmado Colombia con diferentes
países del hemisferio: el microempresario no alcanza a dimensionar y
muchas veces se encuentra con que los productos sujetos de exportación
merced a los Acuerdos del TLC, tienen regulaciones distintas y los
controles de calidad son más exigentes, o han tenido variaciones.
El Ministerio de Comercio Industria y Turismo, debería preparar para
cada caso en particular, talleres con el fin de ilustrar a los
exportadores de cada TLC, firmado, sobre los contenidos de los tratados,
pero muy especialmente, las restricciones y desgravaciones que
paulatinamente se vayan dando a medida que se va desarrollando, hasta
obtenerlo plenamente.
2. Falta de Infraestructura: es entendido que el exportador de
productos no tradicionales, no dispone de los medios de comunicación
suficientes para lograr un mayor posicionamiento de sus productos en los
mercados externos, puesto que las franquicias especializadas tienen
precios tan escandalosos, que valdría la pena fueran revisadas, o en su
defecto subsidiados por el Gobierno.
3. La entidad reguladora de las exportaciones es inestable: en
los últimos treinta añas ha cambiado tres veces de nombre: primero fue
Proexpo, que cuando ya iba teniendo un buen posicionamiento, se cambió
por el de: Proexport, y últimamente por: Procolombia, fuera que las
franquicias con que se promociona Colombia varían con frecuencia, esto
desdice mucho de la seriedad de la imagen de nuestro País en los
mercados externos, no da ninguna confianza a nuestros importadores, y
sobre todo, la competencia aprovecha tal coyuntura para generar
confusión y mala imagen, por la poca seriedad en el manejo de sus
símbolos exportadores.
4. Factores de productividad y competitividad: son cientos los
foros y seminarios que se han desarrollado en diferentes ciudades del
País, sobre tema tan importante, poro aún no hemos querido entender que
para ser competitivos es indispensable que evaluemos el Recurso Humano
frente a los diferentes procesos de desarrollo, en estos foros los temas
son siempre los mismos cargados de estadísticas, pero, nadie se atreve a
romper el esquema de acuñar una conferencia de valoración del recurso
humano frente a los diferentes procesos de desarrollo. Por esta razón,
es que nuestros productos resultan excesivamente costosos frente a
nuestros competidores internacionales. Estar renovando el recurso
humano, además de costoso para la empresa, resulta bastante arriesgado
para establecer controles de calidad serios y perdurables.
5. Falta de agroindustrialización de los productos agropecuarios:
con algunas excepciones debemos ser conscientes que nos hemos quedado
rezagados frente a este tema, mientras no nos salgamos de la agricultura
primaria y no le demos valor agregado, produciendo con factores de
competitividad frente a la agricultura orgánica, es muy difícil que
logremos un mayor posicionamiento en los mercados externos. Son miles
los casos de rechazo a nuestros productos agrícolas precisamente por
falta del valor agregado.
6. Las políticas exportadoras no son estables, y existe inseguridad jurídica:
hay que procurar que nuestros contratos con el exterior sean respetados
por el Gobierno de Colombia, puesto que muchas veces se invocan
clausulas de salvaguardias inocuas, para favorecer intereses
particulares. Cuando mercados como el de los Estados Unidos, Canadá, o
de la Comunidad Económica Europea, observan que no hay continuidad de
compra, prefieren no iniciar programas de importación, puesto que el
solo hecho de promocionarlos les causa unos costos inmensos, y si no se
les garantiza continuidad, prefieren no arriesgarse.
7. El efecto ICA e Invima: no nos apartamos que todos productos
agropecuarios y de consumo humano, deben están regulados y vigilados por
el ICA, e, Invima, pero, es que además de costosos, constantemente
cambian de políticas para la obtención de las licencias de exportación y
los precios para obtener un Registro Sanitario Invima, además de
abusivos, son inabordables para el pequeño y mediano productor.
Factores externos: Podría resumirse en un solo punto: los funcionarios
de misiones comerciales en el exterior, no prestan un servicio
eficiente, puesto que estos cargos llevan el tinte político y por lo
regular son recomendados de los gamonales de turno, sin ninguna
preparación y experiencia en el manejo de las exportaciones, y las
relaciones bilaterales de Colombia con el país a donde van a desarrollar
sus actividades.
La premura de querer firmar TLC, a diestra y siniestra, sin ninguna
preparación frente a los países competidores, nos puede causar a la
larga, serios dolores de cabeza, por eso es procedente digerir los que
se han firmado, puesto que al paso que vamos nos estamos metiendo en la
boca del lobo.
No olvidemos que los TLC, son una feria constante y permanente, con una
oferta y demanda predeterminada, donde la calidad y la competitividad
juegan papel fundamental, y esto solo se logra con el buen manejo del
Recurso Humano, frente a los factores de desarrollo de los productos
mismos.
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