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JOSÉ MANUEL ACEVEDO

Vargas Lleras, el distante

Distante y calculador, Vargas Lleras representa en el momento político actual lo mejor de los dos mundos.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
2 de febrero de 2013

Mira los toros desde la barrera. Toma distancia hábilmente cuando la situación le desfavorece, y haciendo gala de un gran criterio se implica en temas cruciales mientras le conviene. Con destreza pasó de ser el político con imagen de clientelista al senador del discurso firme, al congresista más votado, al hombre que ha desafiado varias veces la muerte. 

Saltó del uribismo al santismo con mayor facilidad que Rafael Pardo, y a pesar de ser considerado el sucesor natural de Juan Manuel Santos, no teme alejarse convenientemente para salir triunfante aun si al gobierno del que hace parte le va mal.

Germán Vargas Lleras sabe para dónde va y lo que quiere. Juega como toca. En las encuestas le reconocen su perrenque y los ciudadanos han comenzado a percibirlo como un buen ejecutor. 

Distante y calculador, Vargas Lleras representa en el momento político actual lo mejor de los dos mundos: el liderazgo firme de Álvaro Uribe y la vena populista que a última hora se le despertó a Santos. Lidera el programa que más votos puede dar y ha entendido que para ganarle la partida al expresidente tiene que echarse al bolsillo las regiones, labor en la que ha contado con el apoyo incondicional de Álex Char.

Pero quizá la mayor virtud de Vargas Lleras en esta coyuntura es la distancia inteligente que ha sabido mantener frente a las flaquezas y los pecados del presidente Santos.

Aunque fue motor de la reforma a la Justicia y de los acuerdos con quienes querían darle vida a aquel orangután, tuvo la habilidad de saltar de la cartera del Interior a la de Vivienda para no quedar salpicado con la fallida reforma. Hoy por hoy, nadie lo relaciona con aquella vergüenza.

Tampoco ha estado de acuerdo con la posición conciliadora del presidente Santos frente a Petro. Desafiando los esfuerzos con que el primer mandatario acalló el bochinche entre Gina Parody y Gustavo Petro, el ministro de Vivienda ha salido a hablarle duro al alcalde de Bogotá.

Pero Vargas Lleras, el distante, ha sabido sobre todo separarse del proceso de paz para no cargar con ese muerto si las negociaciones en La Habana salen mal.

Lo dijo bien Enrique Santos y lo replicó mejor el propio Vargas Lleras: “Lo de que no estoy convencido del proceso de paz es una apreciación de Enrique, y probablemente no le falte razón". ¡Ahí está!

Todo para concluir que a nadie favorece más lo que está ocurriendo que al fundador de Cambio Radical. Vargas Lleras, el distante, puede ganarle esta partida de póquer aun a quien creyó que teniéndolo cerca lo iba a poder controlar: al presidente actual.