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Violadores de las Farc a justicia ordinaria

Por elemental razón, los delitos atroces y de lesa humanidad, -como la violación de menores-, cometidos por las Farc, jamás deben ser sujetos de justicia alternativa o preferencial.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
24 de agosto de 2018

Los delitos de violación de menores en las filas de las Farc, deben ser juzgados por la justicia ordinaria; sus responsables en lo que sea posible condenados a cadena perpetua; es inadmisible que varios monstruos de tal naturaleza, en contubernio con el gobierno Santos- que se prestó para semejantes marrullas-, se encuentren en las máximas corporaciones legislativas, dictando leyes para los colombianos de bien.   

Causa indignación escuchar las experiencias de quienes en calidad de reinsertados fueron víctimas de las Farc, cuando al ser secuestrados eran menores de edad; en muchos casos fueron llevados a las filas por petición expresa de los comandantes para saciar sus vulgares apetitos libidinosos.

En verdad, sus declaraciones son indignantes y estremecedoras, máxime cuando el Congreso de la República y la Corte Constitucional, en lugar de hacer justicia con estas víctimas, se ubican en el favorecimiento de cientos de bandidos, varios de ellos ungidos, gracias al inverosímil acuerdo de La Habana, como “Padres de la Patria”.

Si estos delitos atroces como el secuestro de menores de edad, que fueron llevados contra su voluntad a las filas de las Farc, con el único propósito de ser violados, no se castigan con todo el rigor de la ley, querrá decir que en nuestro Estado de derecho todo es permisible y sujeto de perdón y olvido.

Delitos de tal magnitud bajo ningún punto de vista deben tener cabida en la JEP, hacerlo, significaría cohonestar con la violación más elemental de los derechos humanos, y por lo tanto los colombianos perderíamos total confianza en dicho organismo.

Qué vergüenza para nuestro país, tener que soportar semejante humillación e infamia, al declarar honorables padres de la patria a semejantes bestias humanas, criminales que deberían estar purgando sus fechorías en las cárceles de alta seguridad del Estado.  

Sobre el caso de secuestro de menores por parte de las Farc, aún hay mucha tela de dónde cortar: son cientos los que se encontraban en las filas de esta organización narcoterrorista desde hace varios años, a la fecha nadie da razón de su paradero.

Según versiones de reinsertados y exsecuestrados, varios de estos menores -niños y niñas-, fueron asesinados por sus comandantes, cuando se negaron a ser violados por ellos mismos.  

urielos@telmex.net.co