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¿Y la Renovación Urbana qué?

Semana
20 de marzo de 2007

En entrevista al paredón con Maria Isabel Rueda el empresario y constructor Pedro Gómez Barrero pone el dedo en la llaga a un tema que para los asuntos de la renovación urbana del centro de Bogotá se convierte en pieza del rompecabezas sobre las dificultades que ha tenido el gobierno del Alcalde Luís Eduardo Garzón en concretar, durante más de tres años, un mega proyecto de intervención urbana para la ciudad.

Cuándo se le pregunta sobre que piensa de la reelección del ex Alcalde Enrique Peñalosa subraya que "hizo una alcaldía buenísima, con ciertos abusos, porque en un momento dado tantos éxitos lo exacerbaron un poco y se excedió […] En el manejo de algunos casos en San Victorino y en el sur, cuando las gentes no obedecieron tan pronto como él habría querido, mandó los buldózeres en una forma demasiado atropellada" ( semana.com).

Estos antecedentes toman mayor peso con el anunció que hizo Peñalosa de construir un "Metro de Cercanías" financiado con la compra de propiedades y luego la venta de las mismas gracias a las valorizaciones esperadas por las intervenciones públicas. Este modelo de recuperación de zonas subutilizadas y deterioradas a través del sector público funciona y ya está inventado en otros lugares del mundo. Sin embargo, la ciudad no puede seguir gestionando la renovación urbana como un simple juego familiar de Monopoly.

Las experiencias de renovación urbana exitosa sugieren como componentes una voluntad política, sostenible y concertada. La administración de Garzón se ha caracterizado por llegar a acuerdos con la comunidad de San Victorino, bastante plausible, pero sin muchos resultados a la hora de aterrizar un proyecto de intervención urbana sostenible de un "centro comercial de cielos abiertos", ubicado a dos cuadras de la Plaza de Bolívar.

Sin la coordinación de la comunidad y del sector privado es casi que imposible mantener y consolidar en el tiempo la renovación de zonas urbanas centrales deterioradas y subutilizadas. Las consecuencias de los centros comerciales del mismo Pedro Gómez Barrero en el norte son ejemplos aleccionadores.

La ciudad tiene un negocio de cientos de miles de millones de pesos en sus manos. Un leitmotiv del proyecto mismo, es recuperar parte del dinero invertido en la Zona Centro materializados en Eje Ambiental, Parque Tercer Milenio, Plazoleta Nariño, TransMilenio para posteriores inversiones en el mismo sentido. El impulso que la ciudad necesita en materia de renovación urbana para que se convierta en una política permanente, regida por las leyes del mercado inmobiliario y de la planificación urbana, debe estar alejado de todo liderazgo que afecte la confianza de la comunidad y demuestre al privado que la renovación urbana es un negocio por si mismo.

Hasta el momento el tratamiento a la recuperación urbana ha sido con buldózeres y mesas de trabajo, sin los resultados esperados. Las elecciones locales de este año deben ser un escenario para debatir a fondo este tema y no un espacio para que se enrarezca más lo ya enrarecido.