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11-M: doce relatos salvajes

Las alianza que algunos proponen con De La Calle y Fajardo, sacrificando a Petro, es un disparate. Una alianza de corte y pega.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
14 de marzo de 2018

De las elecciones legislativas y las consultas presidenciales ocurridas el pasado 11 de marzo resultaron doce relatos salvajes. Comenzamos:

  1. La caída del uribismo ideológico representando por tres renegados del marxismo: José Obdulio Gaviria, Alfredo Rangel y Everth Bustamante. Este trío era mirado en algunas esferas del uribismo como hijos bastardos. No son pocos los uribistas que se frotan las manos con picardía.

  2. La insignificante votación del exprocurador Alejandro Ordóñez en la consulta pone de manifiesto la irrelevancia que tiene en el país el discurso conservador de tinte cavernícola. El catolicismo colombiano no se vive con el mismo fervor de otras latitudes. Solo a un disparatado como Ordóñez se le ocurre que la desenfrenada vida de los católicos colombianos puede caber en una urna. Las arbitrariedades y fanfarronerías del ex procurador fueron penalizadas por los tribunales y los electores.

  3. El controvertido excoronel Luis Alfonso Plazas Vega se une a la larga lista de militares colombianos que han fracasado en su intento de hacerse elegir por el pueblo. A los caciques políticos de provincia les gusta ver a los militares cuidándole sus tierras y sus vacas pero no los quieren como contendientes políticos. Zapatero a tus zapatos.

  4. El expresidente Uribe se ha ganado a pulso sus votos. Sin él el Centro Democrático no sería más que un club de bravucones que a duras penas alanzaría el umbral electoral.  A diferencia de algunos expresidentes como el pantallero de Andrés Pastrana, a Uribe el gusta el sardinel, el ruido y el tropel. Es una especie de Silvio Berlusconi a la criolla -sin medios de comunicación ni equipo de fútbol- que apareció en el momento en que el establecimiento no encontraba salidas, dijo lo que la mayoría quería oír y conquistó una hinchada que, similar a la de los clubes de fútbol, lo sigue a todas partes. Tiene cuerda para unos años más. No cuenta más que con su hinchada. Su final será como el de Il Cavaliere: arreglando entuertos en los tribunales, reducido políticamente e ignorado por sus propias criaturas.

  5. Los 2,9 millones de votos obtenidos por Petro en la consulta están libres de paja. Son grano limpio. Quienes votaron por él volverán a hacerlo en la primera vuelta presidencial. La propuesta de Petro sedujo a la izquierda de toda la vida, a la base del Polo y la de los Verdes que ven en Sergio Fajardo a un fichaje que no cuadra en la plantilla. En un país en los que la mayoría del estamento político llama popó a la mierda, Petro lo hace con nombre y apellido, asimismo se muestra como un político a pie de calle dueño de una retórica que llega al votante del sufrimiento y la exclusión, esa mayoría social del país de la que nadie se acuerda desde los tiempos de Gaitán.

  6. Iván Duque no puede decir lo mismo que Petro, ya que buena parte de los votos que obtuvo en la consulta son prestados. Duque es un chico privilegiado que, al igual que todos los tecnócratas, desconoce el sufrimiento de la gente. Todo lo que ha aprendido en esta vida lo ha hecho detrás de los escritorios. No le va a favorecer la rivalidad que existe entre la Costa Atlántica y el mundo paisa de donde viene su familia (Sergio Fajardo lo sentirá igual). Entre las huestes más recalcitrantes del Centro Democrático lo ven como a un bicho raro que se le escabullirá a Uribe apenas le crezcan las alas. No ha hecho nada trascendental en la vida para estar en donde está.

  7. Humberto de la Calle es un buen hombre, serio y decoroso, pero ninguneado por los caciques de su partido. El error del inteligentísimo negociador de paz fue el de haber seducido a Clara López cuando tenia la posibilidad de participar en una consulta con ella, Petro y Caicedo. El regate le salió mal y la pelota quedó en los pies de los caciques del liberalismo, cuyo juego es a base de partidos amañados.

  8. Vargas Lleras pareciera ser el Álvaro Gomez del siglo XXI: un político conservador que la gente corriente nunca quiso envestir de presidente. Hay algo en Vargas Lleras que no le termina de cuadrar a la gente. Es un esclavo político de la familia Char de Barranquilla, puesto que sin la maquinaria electoral de este clan de negociantes no llegaría a ninguna parte. La tribu de los Char está integrada por comerciantes. Comercian con todo lo que traiga ganancia. La política para ellos es un negocio. Si Vargas Lleras no despega se van con sus registradoras a otra parte.

  9. El partido Mira a veces recuerda a ciertas organizaciones políticas de matriz religiosa que enfatizan en la solidaridad, el apoyo mutuo y la caridad. Mientras que los pastores del NO se deslenguaron hasta el punto de que se olvidaron de Dios, la gente del Mira se involucró con buen criterio en la agenda social y en el apoyo eficaz de las familias que componen su entorno. Son una bancada pequeña, fiable, con las que se puede contar para el apoyo de medidas legislativas que favorezcan a la mayoría social del país.

  10. El pobrísimo desempeño electoral de las Farc tiene que ver con el desmantelamiento de su cultura e historia. Amen del sabotaje gubernamental a los acuerdos de paz y las pugnas internas, los lideres de las Farc no aprovecharon el jalón mediatico que tuvieron en su momento. El artefacto político que engendraron en su congreso no es el adecuado para el tiempo que vivimos, ni para la realidad de Colombia. Cuando se esperaban cosas nuevas que sedujeran al electorado, lo que hicieron fue una parodia de las viejas formas de hacer política. Un líder no puede confundirse y creer que el país que tiene en la cabeza es el mismo que existe fuera de ella. Eso pasó con las Farc, encadenaron en breve tiempo una seguidilla de errores políticos.  Por escuchar sólo a los lameculos dejaron en un segundo plano a lideres sociales y jóvenes versátiles que, si bien nunca echaron un tiro, los podían reconectar con una país urbano que no entienden y tampoco los entiende.

  11. “Y dónde está mi gente”, se pregunta J. Balvin. ¿Qué se hace más de la mitad de los potenciales sufragantes el día de las elecciones? La mayoría están rabiosos con el establecimiento y con los operadores políticos tradicionales. Asocian la política a lo mal o regular que lo están pasando en esta vida. No son los indecisos. Han decidido quedarse en casa a guisa de protesta inútil. El candidato que consiga mover un poco a esos millones o arrancar un bocado de la masa de abstencionistas puede hacer la diferencia. Petro, es quizá, el único de los candidatos con aptitudes para sacudir el corazón de esa multitud.

  12. Colombia Humana, liderada por Gustavo Petro, es la más ambiciosa y potente alternativa contra la derecha, la mafia y la corrupción. La alianza que algunos proponen con De la Calle y Fajardo, sacrificando a Petro es un disparate. Una alianza de corte y pega. Una estafa. Una estafa a 2,9 millones de ciudadanos que le han dicho a Petro que siga en carrera hasta alcanzar la meta presidencial. El objetivo no es atajar a nadie sino el de ganar la Presidencia de Colombia en 2018 o en su defecto hacer una férrea oposición. El tiempo del voto útil ya pasó. El voto es para gobernar o hacer oposición. Hay candidato (Petro) para ganar la Presidencia y hay bancada para hacer una cerrada oposición. Los dos libretos, Viejo Topo, son posibles.

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