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Creencias sexuales: fuente de discriminación

Semana
18 de febrero de 2009

La homosexualidad no es una inclinación, no se considera que la heterosexualidad sea el modelo de la perpendicularidad y por tanto, la homosexualidad “una degeneración” de la línea recta que traza el modelo heterosexista. Sin embargo, desde esta perspectiva “conceptual” algunos pretenden “regenerar” a los homosexuales, dado que se considera que dicho comportamiento es riesgoso para la sociedad.

También se cree que la orientación sexual se aprende por imitación, pero si esto fuera verdad no habría homosexuales por cuanto el modelo más visto en casa, en la escuela, en la iglesia y en los medios masivos de comunicación es el de la heterosexualidad.  

La identidad de orientación sexual no es una migración de la heterosexualidad a otras posibilidades. La homosexualidad, en sí misma, es una de las posibilidades.

La homosexualidad es natural, tan es así que muchos animales no humanos se relacionan genitalmente con otros animales de su mismo sexo, por lo tanto no se puede aseverar el “carácter antinatural de estos comportamientos”.

La moral no puede ser el criterio “científico” para decidir en términos de derechos humanos y derechos sexuales. Tan poco es verdad que con los cambios jurídicos se pretenda “ampliar el mercado” o que los fallos de la Corte Constitucional se deban a “grandes intereses económicos a los que no les conviene que el ser humano cambie sus costumbres, especialmente en lo sexual, porque es la manera de mantener dormida a la población, para poderla explotar”. No cree que los criterios que fundamenten las decisiones de los Magistrados sean de este orden tan elemental.

Se afirma que “los homosexuales, bisexuales y transgeneristas deben evitar la propagación de su comportamiento”. Propagar, según la Real Academia de la lengua es “Multiplicar por generación u otra vía de reproducción” o “Extender el conocimiento de algo o la afición a ello”, desde este punto de vista, estas personas tienen todo el derecho, en Colombia existe la libertar de opinión, en consecuencia pueden comunicar sobre sus derechos, sus logros, sus necesidades.

Dice Nicolás Trujillo Villegas en su comentario a mi blog anterior, denominado Ser marica en Bogotá crea temor en los demás ciudadanos:Lo que la gente del común, reconoce en estos colectivos, es una clara desviación de la normalidad; y como esos colectivos se han tornado tan incisivos y beligerantes; tratando de forzar en la comunidad heterosexual sus agendas y de normalizar a la brava sus tendencias, entonces para muchos la tan calculada búsqueda de simpatías, se convierte en un rechazo”.

En mi caso particular no pretendo la simpatía de Nicolás ni la de nadie, incluso considero que leer-me y comentar es un ejercicio de la autodeterminación. Solamente exijo respeto activo, es decir, reconocimiento como persona, ciudadano y sujeto de derechos. No quiero ser tratado diferente, exijo ser normalmente tratado, y cuando digo normalidad quiero decir sin que haya un trato distinto que el que se da a cualquier otro ciudadano heterosexual. Trato en equidad que con base a la homofobia nos es imposible alcanzar. 
 
Asco es una alteración del estómago causada por la repugnancia que se tiene a algo que incita a vómito. A mí nunca me ha generado “asco” una persona heterosexual por el hecho de su orientación sexual, no es posible que me lo produzca; sin embargo, en el citado blog, la lectora Gloria López Montaño informa que los homosexuales no le producen rechazo sino “asco”. Me pregunto cómo ella ha desarrollado su olfato de tal manera que logra “oler a los homosexuales” y ha logrado que dicha impresión se le antoje desagradable y le repugne. ¿Será que el moralismo desarrolla el gusto para olfatear lo desagradable?
 
No es posible una convivencia solidaria y democrática mientras se siga promoviendo la exclusión social. Por considerar de interés en la comprensión de cómo se produce la exclusión social de las minorías sexuales, comparto la carta enviada por el señor Ariel Hoyos –Secretario- de la Junta de Acción Comunal del Barrio El Recuerdo, en Bogotá, a un joven capitalino -explícitamente homosexual-, en la respuesta dada a su interés en participar en dicha Junta:


Hola, Andrés Camilo, gracias por tu atento mensaje; qué bueno saber que en nuestro barrio tenemos un Consejero Juvenil, y otra persona interesada en la actividad comunitaria.

Bienvenida tu cooperación pero, dada tu respetable condición "gay", quiero exponerte lo que pienso al respecto de este grupo de conciudadanos como movimiento social - y al cual perteneces: es mi honrada posición personal, pues la Junta de Acción Comunal no tiene un criterio formado aún - ya les hablé de ti pero, por razones de tiempo, el tema no se trató como debía ser.


Por tratarse de mi punto de vista personal, te contesto, no desde el buzón de la Junta, sino desde el mío:

No estoy de acuerdo con la política distrital LGBT, porque aborda este asunto solamente desde la perspectiva de los derechos; en cambio, yo considero que ha llegado la hora de que, tanto homosexuales y similares, como heterosexuales, nos planteemos la necesidad de una regeneración en materia sexual y moral; por una lado, el comportamiento homosexual y transgenerista es riesgoso para la sociedad, no solo como resultado de las enfermedades a que puede conducir, sino porque también, si se permite su apología, esta inclinación puede llegar a manifestarse en personas heterosexuales, dado que en los genes humanos existen todas las posibilidades, y el ser humano tiende a imitar lo que ve; y no es deseable que suceda esta migración de lo heterosexual a lo homosexual, bisexual o transgenerista, pues no podemos negar el carácter antinatural de estos comportamientos.

Pero, por el otro lado, resulta que los heterosexuales no podemos hacernos los limpios y puros y limitarnos, bien a condenar a quienes presentan otra condición sexual, bien a reducir todo a un asunto de derechos como cortina de humo para obviar el enjuiciamiento a las inclinaciones promiscuas que presenta un gran número de personas heterosexuales y, entonces, aplanando la realidad, seguir como vamos, e institucionalizar diversos comportamientos desarreglados, cual es la tendencia facilista de muchos para no verse cara a cara con su conciencia. El dejar las cosas tal como van, y simplemente ampliar la perspectiva del derecho sin incidir en lo moral, lo único que busca es ampliar el mercado porque, en el fondo, hoy día todo se está mirando como un fenómeno de mercado, de manera declarada o no: lo cierto es que hay grandes intereses económicos a los que no les conviene que el ser humano cambie sus costumbres, especialmente en lo sexual, porque es la manera de mantener dormida a la población, para poderla explotar.

Debemos rebelarnos contra tal estado de cosas, comenzando por rebelarnos contra nosotros mismos ¿cómo? auto-examinándonos con la mira puesta en buscar la armonía con la naturaleza; por tanto, lo que yo propongo es un pacto entre heterosexuales y homosexuales y similares, por el cual definamos un rumbo a seguir, aceptando que no es posible cambiar comportamientos milenarios de la especie humana en el curso de solo una generación: seguramente se requerirá mucho más tiempo, pero sí debemos todos proponernos a elevar nuestra norma moral hasta donde podamos. Los heterosexuales debemos comprometernos a no seguir usando a la mujer como objeto sexual en lo comercial - hay que promover un pacto con los medios de comunicación a este respecto; debemos comprometernos a procurar, dentro de lo posible, la fidelidad matrimonial; también debe haber un compromiso más definido en lo que tiene que ver con el consumo de bebidas alcohólicas, las que, entre otras cosas, propician comportamientos sexuales desarreglados; en fin, hay que examinar todo lo que ha sido el modelo de comportamiento del heterosexual, y llegar a un compromiso de regeneración.
 
Por su parte, los homosexuales, bisexuales y transgeneristas deben hacerse una reflexión similar y comprometerse, dentro de lo posible, a evitar la propagación de dicho comportamiento, e incluso contemplar la posibilidad de migrar a la heterosexualidad, especialmente en edades tempranas, ayudando a que, niños que den señales de tal inclinación, sean prontamente tratados, a ver si es posible llevarlos por el camino de lo natural; claro, sin forzarlos, pues finalmente debe respetarse la voluntad de cada persona. Esto debe ser posible en algunos casos, ya que, como te lo decía, el ser humano tiene todas las posibilidades habidas y por haber en su configuración genética.

Por tanto, Andrés Camilo, dándote la bienvenida, y pidiéndote disculpas en caso de que mi franqueza haya resultado un poco dura para ti, te rogaría que, en el ámbito de nuestra comunidad, te abstuvieras de actividades difusoras "pro-gay" hasta tanto la Asamblea General de la Junta se pronuncie al respecto, pues el tema debe debatirse; debe debatirse la política LGBT del Distrito, con amor, pero con firmeza.

En cuanto a las actividades de la Junta, la Directiva se reúne normalmente una vez al mes; generalmente lo hacemos en la Casa del Voluntariado de Acción Social El Recuerdo – Cra. 38A Nº 25B-52; deben hacerse Asambleas Generales al menos dos veces al año, pero sucede que desde mediados de 2005 no tenemos Asamblea, pues la Junta viene de un largo período de funcionamiento muy rudimentario, la participación de la gente es escasa, y hay algunos problemas de organización por solucionar, pero confiamos en que este año podamos cumplir con este requisito legal y estatutario.

Yo soy el Secretario de la Junta; la Presidenta, Beatriz Atehortúa se halla fuera de Bogotá, aquejada por algunos problemas de salud; una vez regrese la pondré al tanto de tu interés en vincularte.

Entretanto, si hay alguna actividad que yo vea que pueda serte de interés, te la comunicaré inmediatamente; de todas formas, quedas incluído en el directorio de contactos de nuestra Junta; por tanto, todos los correos que salgan para los afiliados, también te los haremos llegar.

Fraternal saludo.

Ariel Hoyos

 
Derechos en parejas del mismo sexo en las Fuerzas Militares
 
Si en la comunidad en general hay rechazo, en contraste sorprende positivamente y sienta un importante precedente, que la Corte constitucional le haya ordenado a las Fuerzas Militares que ajuste todos sus procedimientos internos, y se le reconozca el pago de la pensión de sobrevivientes al compañero permanente del mismo sexo, de sus miembros quienes prestaron sus servicios en la institución castrense.