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El que peca y reza, empata: Pederastia, perdón y la jerarquía católica colombiana

Semana
14 de julio de 2010

Por supuesto de nada sirvieron las denuncias sobre vulneraciones sexuales de sacerdotes católicos colombianos, ya que se debieron dar varios miles de denuncias en diferentes países del mundo contra la iglesia para que Benedicto XVI se viera obligado a tomar cartas en el asunto; un asunto bastante espinoso, que ha afectado considerablemente las arcas de la iglesia católica en aquellos países donde la justicia no es ciega y las denuncias han prosperado. 

En la Iglesia colombiana "Siguiendo directivas del papa Benedicto XVI, pedimos perdón a las víctimas de pederastia, de esos sacerdotes que abusaron de ellos", dijo monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal. El prelado igualmente y sin mucho interés dijo que "ese perdón implica también un compromiso claro de hacer todo lo que está a nuestro alcance para que esto no se vuelva a presentar y que la Justicia lo pueda castigar". Las víctimas de sacerdotes colombianos esperamos que en algún momento el compromiso de la iglesia también esté en concordancia con el principio ético y moral de resarcir a quien ha sido vulnerado en sus derechos. 

Monseñor Salazar también comunicó a los medios que "de parte de la Iglesia no hay ninguna connivencia con la pederastia sino una condena de los victimarios", y que esperan que "la justicia civil se encargue de castigar a los culpables y de resarcir a las víctimas". Las victimas esperamos que esto signifique que no se esconda a los victimarios trasladándolos de ciudad y que estos, como cualquier vulnerador sexual de menores, paguen el delito como deben hacerlo los vulneradores que no son “pastores descarriados”.