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GERMAN NAVAS TALERO

Semana
22 de junio de 2012

                             

 

Papa Man le digo desde que tengo uso de la lengua, crecí al amparo de ellos, mis hermanos. El, particularmente, me consentía mucho de niño aunque en realidad ahora veo que lo que estaba haciendo era una campaña de proselitismo para que yo fuera seguidor de sus ideas.  Vertical, vehemente, tozudo y tenaz. Contaba mi mamá que a los siete años ahorro su precaria mesada durante todo un año para comprarse el que fuera su primer reloj.  Dicen mis hermanos que era enfermizo, presa fácil de las gripas y hasta de las fracturas de huesos que siguen siendo frágiles en contraste con su carácter férreo que lo  ha llevado siempre por el camino de lo correcto a pesar de las críticas, los enemigos y las oposiciones.  Crecí siendo testigo de su verticalidad en relación con la ley y con el deber,  muy niño me enteraba de su gestión como comisario, (así se llamaba a quien instruía en primera instancia los delitos) y recuerdo que comenzó a cultivar prestigio por su meticulosidad en el inicio de las investigaciones.  Fue subordinado de una leyenda de la rectitud de este país;  el procurador Mario  Aramburo Restrepo, de la época de Carlos Lleras, y recuerdo lejanamente el aprecio que aquel señor expresaba por mi hermano Germán.  Cuando anunció su  ingreso a la política a mi me preguntaron qué pensaba yo de lo que iba a hacer mi hermano en el congreso y contesté:  Estorbo!!! Y es eso exactamente lo que hace mi hermano Germán en este legislativo decadente y perverso que tenemos los colombianos. Aplaudo la gestión de mi hermano, no me queda más remedio, porque si fuera cualquiera de los que votó a favor de la reforma me estaría sepultando de vergüenza.  Aprecio lo que hace mi hermano en el congreso como ciudadano más que como hermano porque en personas como él se perpetua la tan exótica semilla de los ideales y los principios de la democracia tan agonizantes en este pobre país plagado de tramposos, y abusivos que creen que la ley es todo aquello que les convenga como bien lo hemos vivido en la horrible noche de aquel que se hizo reelegir y que no se quiere ir