Isabella Santo Domingo no es feminista, ni postfeminista, ni mucho menos Candace Bushnell

En un artículo recientemente publicado por Revista Carrusel, se incluye a Isabella Santodomingo en un listado de escritoras, junto con Rebeca Rus, Rosaura Rodríguez, Miriam Lavilla y Marta del Riego Anta, clasificadas en el género “Chick Lit”. Un género, cuya corriente más Light fue popularizada en el mundo por la socialité escritora Candace Bushnell, gracias a la adaptación de sus libros para series televisivas como la conocidísima “Sex and the city” y “Lipstick Jungle”.

El género chik lit reúne dos palabras “Chick” chica y “Lit” que hace referencia a literatura. El término fue introducido por Cris Mazza y Jeffrey DeShell como título irónico cuando editaron su antología: Chick Lit: Ficción Postfeminista, publicado en 1995. El género se definió como un tipo de post-feminismo o de segunda ola del feminismo que iba más allá de presentar a la mujer como una víctima dependiente del criterio masculino para encontrar su propia valía. El género pretendió mostrar la extensa gama de experiencias que atraviesa la mujer actual, incluyendo el amor, noviazgo y los problemas de género, pero no la dependencia sumisa de las mujeres que se disfrazan liberadas. La compilación hizo hincapié en trabajos experimentales, incluyendo temas violentos, sexuales y perversos. Dice Wikipedia.

Luego de haber hecho el intento de leer a Isabella Santo Domingo - lo suyo es igualmente un intento de hacer literatura… no puede decirse que la haga (así venda libros)-, me queda la impresión de que no es feminista y que por tanto mucho menos es Postfeminista. Tal vez el autor o autora del articulo sin firma quiso jugar con la misma ironía que utilizaron Mazza y DeShell al mostrar el amplio repertorio de posibilidades escriturales a las que una “actriz” “presentadora” puede llegar gracias a un apellido.

Su ensayo “Los caballeros las prefieren brutas” se quedó en un ensayo aun cuando es rico en sarcasmo, y “¿Felizmente Mantenida o Asalariada de ******?" o “Sexorcismo”, que según ella misma afirma trata sobre la diferencia que existe entre tener sexo por amor y buscar amor a través del sexo, no dice nada nuevo en un tema al que muchas feministas le han dado respuesta: sexo y amor no necesariamente van juntos porque son necesidades culturales y como tales sus raíces sociales y relacionales son diferentes.

Más que estudiar o cuestionar la forma en que se interrelacionan hombres y mujeres en la actualidad, los libros de la Santodomingo terminan siendo apologías a la perpetuación de la no muy saludable dominación de un sexo por el otro, pero esta vez, haciéndole creer a los hombres que mandan para aprovecharse de los beneficios de estar en una posición sumisa.

La Santodomingo no es feminista. Ni “Los Caballeros…” es “Sex and the city”. Pero Isabella quizás esté logrando que muchas se sientan Carrie Bradshaw cuando piden un Cosmopolitan en la barra de algún restaurante de la zona T de Bogotá, mientras tratan de conseguir al “hombre (marrano) ideal” para llegar algún día llegar a ser “Felizmente Mantenidas…”