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La tenue tentación nacionalista de JM Santos (¿a lo Winston Churchill?)

Semana
5 de julio de 2009

El ex ministro Santos ha mostrado que es capaz de hacer cosas muy audaces en pos de la Presidencia. Cámbiese la palabra audaces por la que prefieran.

En apariencia, le están sirviendo la carta nacionalista (que su elección sea una reafirmación de Colombia ante unos vecinos hostiles). Y un jugador de poker considera todas las cartas.

Puede decirse que JM Santos ha coqueteado de tiempo atrás, levemente, con esa carta. Su anti-chavismo, incluida la denuncia del armamentismo venezolano, fue lúcido, premonitorio, valiente y del agrado de la gente en general.

El problema es que también fue poco ‘presidencial’ (si eso quiere decir comportarse como si ya fuera presidente).

Tampoco su posición después de la incursión en Ecuador contra ‘Reyes’ ha estado exenta de cierto guiño al lado primario de los colombianos (un componente importante del nacionalismo).

Más o menos el mensaje ha sido: ¿nos les metimos, les cascamos y qué (se lo merecen)? Aplausos de la galería.

El punto es: la carta nacionalista tiene una probabilidad más fuerte hoy porque Juan Manuel Santos, si me permiten el apunte, conoce bien la biografía de Winston Churchill, que ciertamente es inspiradora.

No es solamente que alguna vez JM Santos nos prometiera una versión de la famosa frase “Sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo” de Churchill.

Hay más semejanzas: su origen, su paso por la carrera militar, su calidad de periodista, sus cambios de partido, su oportuna prevención hacia Hitler, y también la esquiva lealtad del electorado!

Además de Chávez y Correa, el Gobierno colombiano le está ayudando un poquito:

El “no permitiremos que toquen a Santos” estuvo perfecto para poner en clave nacionalista el lío.

Comparar la orden del juez de Sucumbíos con el golpe en Honduras!

Dice la prensa que Colombia demandará a Ecuador ante tribunales internacionales, no limitándose a defender a Santos.

¿Para qué imitar la pésima conducta del Gobierno ecuatoriano? Eso escalará los ánimos.

¿Le conviene a JM Santos la reyerta con el vecindario y que se nos exalte el nacionalismo y él sea el símbolo?

No creo. Y esto es mitad ‘personalidad histórica’ del país y mitad deseo: Difícilmente los colombianos elegiríamos un Presidente para comprar una ‘guerra’ con los vecinos.

Si es cierto que nuestra personalidad histórica es más de “medianías”, de no ser tan ‘tropicales’ (y ser incapaces de elegir a un ‘Chávez’), de no olvidar el bolsillo en política, de tener tradición en el derecho internacional (importante en la guerra con Perú, 1932-34), pues la carta nacionalista no va a funcionar a la hora de elegir.

Ante la tentación, lo que tal vez le conviene a JM Santos, que ya ganó bastante con el incidente, es rechazarla.

Intentar mostrarse como un presidenciable que sabría mantener la firmeza dentro de los cauces del derecho internacional (la soberanía territorial sigue contando!) y de la tradición colombiana (poco nacionalismo).