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Las Mil y Una Noches en el mundo árabe : III Parte Cairo

Semana
13 de febrero de 2010



El Cairo merece un capítulo aparte en esta descripción del viaje por la cultura árabe. La capital de Egipto tiene 22 millones de habitantes. Es una urbe del tamaño de Ciudad de México donde solo hay dos palabras que se me ocurren para describir la realidad que se vive: contraste y caos que valen la pena profundizar.

Es una ciudad de contrastes porque se entremezcla el lujo faraónico con la miseria total. No he visitado la India, pero me imagino que el Cairo refleja en una buena medida esta realidad que también se ve en el segundo país mas poblado de la Tierra. Edificios lujosos  de muchos pisos al lado de torres de igual altura donde las fachadas están sin terminar, y donde el dueño que puede, pinta las paredes interiores de los balcones de colores brillantes lo cual genera una imagen difícil de olvidar.

Pero es una ciudad donde la palabra CAOS tuvo que tener su origen y donde debió   nacer la tauromaquia contrario a la percepción de que fue un invento español. Para respaldar mi afirmación déjenme describir algunos de los comportamientos y realidades que se ven todos los días en esta inmensa ciudad.

Es evidente que el crecimiento descontrolado del Cairo cogió al Gobierno con los calzones abajo. La palabra Planeación no debe estar en el lenguaje árabe de esa ciudad. El desarrollo es caótico y desordenado. Y cuando se sale hacia Alejandría, se ve la construcción de miles de apartamentos en medio del desierto sin que haya evidencia de un concepto integrador de ciudad. Al igual que Ciudad de México, el Cairo es una triste imagen del futuro para Bogotá que se dio el lujo de tener sin reglamentar por una década una parte esencial de la ciudad como es el norte .

Horror, es una tímida palabra para describir el tráfico en el Cairo. De Giza, donde están las Pirámides, al centro hay unas excelentes vías sin un solo semáforo y puente peatonal. Esto significa que los peatones que necesitan pasar de un lado al otro tienen que tener sangre de toreros en su venas, para lograr mágicamente llegar a salvo sin ser corneados por los carros bravos que corren a toda velocidad .  

El egipcio del Cairo exhibe un comportamiento de alucinante desprecio por la normas. El conductor parquea en cualquier lugar, el peatón no medita un segundo el riesgo que corre cuando, como un malabarista torero, esquiva los autos que lo embisten al cruzar una calle. Y a esto se suma, cientos de miles de motos, que hacen zig zag  esquivando a los dos anteriores. Cuando uno pregunta asombrado al guía sobre esta situación, la respuesta sin ruborizarse es la misma: en Cairo no hay reglas y si las hubiera nadie las respeta. La Cultura Ciudadana de Mockus le caería muy bien a la gente de esta ciudad.

Y al preguntar porque hay tantos edificios que están sin terminar, la respuesta es todavía mas escalofriante. Si la gente termina su casa tiene que pagar impuestos, luego al no terminarla se “economizan” ese dinero y esto explica la imagen tan impactante y triste que tiene la ciudad.

A los aspectos estéticos y de desorden de esta inmensa ciudad hay otras impresiones que me impactaron mucho. Un paseo obligado en Cairo es la vista a los Souks - (mercados árabes , especie de San Andresitos Colombianos para que me entiendan mejor ) - donde se vive la cultura de regateo. Sus callejuelas estrechas son un calidoscopio de colores y de ofertas donde se entremezclan los brasieres para mujeres con las especies para condimentar la comida.
En esa mezcla de ofertas de todo tipo, se encuentra uno con la otra realidad del mundo árabe:  el islam. Cinco veces por día, desde la mezquitas, se invita a la oración. La gente es convocada por altoparlantes que remplazan electrónicamente a los Imanes y que, con sus sonidos tristes, le dan un toque surrealista a todo el entorno. Ante este llamado, los hombres sacan unas alfombras, las orientan hacia la Meca y se arrodillan en la mitad de la calle para rezar. Mientras tanto, las mujeres se hacen en las callejuelas laterales en cuclillas mientras dura la oración.

Y terminaría este blog con el papel de la mujer en el mundo árabe. Lo primero que hay que resaltar es altísimo nivel de analfabetismo en este este segmento de la población. En Marruecos está en el 58% y en Egipto 56%. Comparado con tasas inferiores al 8% en el caso colombiano, esta situación explica un papel irrelevante de la mujer en la economía de estos países árabes. Es casi imposible ver a una mujer atendiendo un comercio, o sirviendo en un hotel o un restaurante. Esta ausencia es sorprendente y está muy asociada al papel que la mujer desempeña en la cultura de estos países.

En el próximo blog me trasladaré a Jordania, otro país árabe pero en el continente asiático. Junto con Dubai, fue para mi la gran sorpresa de este viaje el mundo de las Mil y Una Noches por estos países tan distintos a los nuestros en America Latina.

No quiero dejar pasar un comentario rápido sobre una situación de fondo que espero abordar próximamente: la incompetencia aberrante del IDU. Lo que ha sucedido en la 26 es inconcebible. Como es posible que hayan pasado tantos meses y el tema se haya hecho público cuando El Tiempo hizo evidente esta situación. Y si miramos las obras de la Calle 170, 183, Pepe Sierra, para citar solo algunas, el patrón de irresponsabilidad se repite una y otra vez. Como será el día que se inicien las obras del Metro en Bogotá?...