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Primeros seis meses de la Unidad Nacional

Semana
7 de diciembre de 2010

Al parecer por primer vez en mucho tiempo el Congreso de la República terminará un período legislativo en el que no reine el pupitrazo, convocatoria a sesiones extras, ni afán por presentar proyectos a último momento.

Según el último número de la Revista Semana, el gobierno nacional presentó a consideración del legislativo más de 15 proyectos, los que por la buena marcha que llevan hasta el momento, no sufrirán percances por la demora decembrina, ni se verán expuestos a los acostumbrados micos que suelen introducirse a último minuto.

Para esto fue clave el nombramiento en el Ministerio del Interior de una persona conocedora del movimiento del Congreso de la República como Germán Vargas Lleras, y el tratamiento oficial que le dio el Ejecutivo a la unidad nacional al dialogar, no al menudeo con los miembros de los partidos que integran la Unidad Nacional, sino a través de sus directores, con lo cual logró capotear tiempos difíciles que amenazaron con resquebrajar la coalición, como el momento en que los conservadores y los congresistas de la U sintieron que el Partido Liberal les robaba protagonismo, por lo que hicieron tambalear el curso normal de la ley de víctimas y el estatuto anticorrupción.

Según la Revista Semana, “otro factor clave para el avance de los proyectos bandera fue el buen trato que se les dio a los partidos. Por primera vez la ley de bancadas se aplicó de forma rigurosa y la mayoría de sus decisiones se convirtieron en obligación para los congresistas·”. El que los voceros partidistas también tuvieron más peso, hizo las discusiones fueran más ordenadas y junto con la instrucción dada a los ministros de despachos de atender los llamados a las sesiones de las comisiones en senado y cámara, lograron darle un curso normal al trabajo legislativo.

Gracias a que Juan Manuel Santos se ocupó de los temas que le competen como Presidente de la República, los ministros de despacho retomaron el papel que les corresponde y dejaron de aparecer ante la opinión pública como viceministros, hecho que a diario pasaba con el gobierno anterior.

Los seis meses que terminan para la administración actual, son los que pertenecen al tiempo normal para un gobierno que empieza y que forman parte de la época que en Colombia se conoce con el nombre de luna de miel, la que se espera por el bien del país, que dure un tiempo más y permita que iniciativas como la ley de víctimas y la restitución de tierras lleguen a buen término.