MAURICIO BOTERO

Armando un legado imperecedero

En los dos años de Gobierno que le faltan, a pesar de la gravísima pandemia que el país ha tenido que enfrentar, el presidente puede dejarles un valiosísimo legado a los colombianos, legado que consiste en ponerle orden al problema de las tierras y su explotación.

Mauricio Botero Caicedo, Mauricio Botero Caicedo
22 de julio de 2020

No han sido dos años fáciles para el presidente Duque. El Gobierno de Santos le dejó como herencia tres regalos tóxicos: el primero, y más grave de todos, un país inundado de coca, con el narcotráfico en pleno auge; un Acuerdo de Paz irrealista y mal financiado, y unas instituciones fracturadas por la abierta manipulación y compra de representantes y magistrados para que apoyaran la paz.

Duque, contra viento y marea, en sus dos primeros años de gobierno, ha logrado enderezar buena parte la herencia tóxica que recibió. En los dos años de gobierno que le faltan, a pesar de la gravísima pandemia que el país ha tenido que enfrentar, el presidente puede dejarles un valiosísimo legado a los colombianos, legado que consiste en ponerle orden al problema de las tierras y su explotación, que, sin ser el único problema que ha enfrentado la nación, sí ha sido fuente interminable de conflictos.

El primer gran propósito de esta Administración ha sido poner en marcha el catastro multipropósito, cuyo objetivo es pasar de 5,6% de área con información catastral actualizada al 60% en 2022 y al 100% en 2025. Un reciente documento Conpes señala, por ejemplo, que “con corte al 1 de enero de 2019, el 66% del territorio nacional tenía información catastral desactualizada, el 28,32% no contaba con formación catastral y solo el 5,68% del territorio nacional tenía información actualizada”.

El exministro Juan Camilo Restrepo precisa: “Un catastro multipropósito, que trasciende el enfoque fiscal tradicional, se caracteriza por ser un registro sistemático, actualizado y permanente de la información física, jurídica, económica y territorial de los predios, consistente con el sistema de registro de la propiedad. Este debe ser, además, digital, interoperable con otros sistemas de información, en concordancia con estándares internacionales para apoyar la implementación de políticas públicas y gestión del territorio”.

El segundo propósito de Duque y su equipo, a través de la Ley de Tierras en que este Gobierno lleva varios años trabajando, es ponerle orden a lo que ha sido una fuente inagotable de conflictos: la propiedad de la tierra. Para la FAO, “aparte de la mano de obra, la tierra es el factor más importante de la producción agrícola. Sin derechos de acceso a la tierra claramente definidos tenencia de la tierra es más difícil llevar a cabo la producción y se debilitan los incentivos para invertir a largo plazo en aquella, con el fin de aumentar su productividad. La tenencia de la tierra es también uno de los pilares organizativos de las economías y sociedades rurales, que ayudan a definir relaciones económicas y contractuales, formas de cooperación y relaciones sociales”.

En Colombia existe un mito generalizado de que la enorme concentración de tierras en el país es culpa de unos pocos latifundistas que, a través de los años, la han acaparado. La realidad es bien distinta: los grandes latifundistas de este país son las minorías, principalmente los indígenas y las negritudes. Les sigue el Estado, que sigue teniendo en sus manos millones de hectáreas de supuestos "baldíos", tierra que ya, de hecho, es explotada por aquellos que ejercen posesión.

El tercer propósito de la actual administración debe ser el dejar totalmente organizado lo que se puede denominar como "la carretera del siglo XXI". Se trata de la conexión Pacífico-Orinoquia, una transversal que interconectará el puerto de Buenaventura con la altillanura. Como lo mencionaba recientemente un documento de ProPacífico:

Por un lado, el acceso directo del oriente y sur del país al océano Pacífico permite explotar el alto potencial agroindustrial en estos territorios, porque los integra a los mercados nacionales e internacionales. En efecto, el proyecto acerca el puerto a todos los centros de producción de la Orinoquía, Huila, sur del Tolima, Caquetá y Putumayo.

El escalamiento de la actividad económica en estas regiones, por su parte, generará impactos positivos desde el punto de vista social. [...] El grado en el cual individuos o familias pueden aumentar su acceso depende en gran medida de las oportunidades que tienen para acceder a los activos.

El poder sacar adelante estos tres propósitos le permitirá a Duque pasar a la historia como uno de los presidentes más importantes y más innovadores que ha tenido el país.

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