JUAN CARLOS SANCLEMENTE-TÉLLEZ
Gestionar el caos y considerar el mercado
Tomarse el tiempo de reflexionar a pesar de la crisis, innovar disruptivamente, y seguir las señales que nos brinda el entorno.
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Debido a la cuarentena obligada todos los negocios están experimentando ahora dificultades sin precedentes. Los consumidores de todo el mundo están evitando el contacto humano, permanecen en casa, reducen ostensiblemente sus gastos y enfrentan mucha incertidumbre en cuanto a la salud, los ingresos y el trabajo como tal.
En este escenario todas las empresas, pequeñas y medianas, incluidos los minoristas, y los profesionales independientes, están luchando por reaccionar, algunos por adaptarse, pues es claro que el COVID-19 tendrá un impacto muy significativo en sus actividades y este cambia diariamente por lo que hay poco tiempo para responder. En todo caso debe existir una preparación adecuada para las implicaciones a largo plazo pero atendiendo todas las incidencias en el corto plazo, y ello ¡sin perder la calma! Asunto nada fácil ¿no es verdad?
Toda esta situación está golpeando fuertemente a los pequeños y medianos empresarios en Colombia. Según la Asociación que los reagrupa en nuestros país: ACOPI, ellos son el 98% del tejido empresarial colombiano, generan el 80% del empleo en el país y constituyen el 40% del producto interno bruto y en estos instantes sus proyecciones de crecimiento para el 2020 se ven afectadas lo mismo que se incrementa su vulnerabilidad en distintos frentes y todo debido a la actual pandemia.
Muchos estudios o investigaciones se han producido a nivel mundial y en muy poco tiempo, acerca de cómo aquellos que están despidiendo personal y combatiendo por asimilar todas las opciones que tienen frente a este trance, pueden aprovechar oportunidades y minimizar sus pérdidas reales. En este sentido, y después de una lectura minuciosa de los mismos, me permito sintetizar algunas de las principales recomendaciones:
- Es indispensable profundizar en el conocimiento de los clientes. Analizar concienzudamente los datos de comportamiento y los hábitos de compra descubriendo los cambios en los mismos, ¿qué necesidades “nuevas” han surgido? ¿qué nuevos segmentos o públicos objetivos han aparecido? ¿qué manera hay de satisfacer estos requerimientos?
- Cubrir lo básico y comunicarse de alguna manera con ellos mostrándoles la manera efectiva en que se les garantiza su seguridad al igual que la de los empleados, como por ejemplo en cuanto a protocolos de sanidad. Si se trata de establecimientos de comida, mostrar la manera en que no se propaga el virus mediante el uso efectivo de guantes, tapabocas y otros mecanismos, pero a la vez se le puede dar un toque personal a los encuentros, incluyendo en estos un obsequio como un jabón, un antibacterial, etc.
Vivimos tiempos complicados, y los pequeños y medianos empresarios y los profesionales independientes, se pueden desesperar un poco ante la coyuntura tan caótica, y es normal, pero pueden detenerse a pensar un poco y encontrar todas esas oportunidades que les permitan tener clientes más leales y un esquema comercial más sólido y que resista los embates. Es obligado realizar intervenciones rápidas, considerar el largo plazo (lo importante), así existan preocupaciones de supervivencia (lo urgente).
En esta última dirección, es bueno saber que se puede, a pesar de la dificultad, tener una mentalidad disruptiva e introducir muchas innovaciones, sobre todo en el modelo de negocio, pero eso sí, contemplando siempre lo que los clientes están esperando como nos lo muestran muy bien investigaciones en el contexto colombiano: https://www.youtube.com/watch?v=hCo2r6lZzD0 .