LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ

Haz el bien y por favor mira a quién

Que los colombianos gocen de una mejor calidad de vida pasa por un mayor crecimiento económico. Sin embargo, también es necesario aumentar la eficiencia y focalización del gasto público.

Luis Alberto Rodríguez, Luis Alberto Rodríguez
12 de abril de 2018

Desafortunadamente la desigualdad es una materia pendiente del desarrollo colombiano. El coeficiente de Gini de ingresos se situó en 0.50 en 2017, dónde 0 representa ausencia de desigualdad y 1 la máxima desigualdad. Para ponerlo en contexto, está por encima del promedio de países de similar desarrollo, incluso es de los más altos de una región que es bastante desigual.  

Los Estados recaudan recursos vías impuestos para disminuir las desigualdades con gasto público. En esta línea es posible que existan países, algunos dentro de la Ocde, que pueden tener concentración del ingreso por encima de 0.40, pero una vez hacen uso de sus impuestos y transferencias, el indicador puede bajar hasta a la mitad.

Por el contrario, en nuestro país el gasto público tiene un impacto inocuo en la desigualdad. Es decir, se recaudan impuestos y eso aparentemente se usa para cubrir unos derechos consagrados en la constitución, pero no tienen impacto en variables que en teoría deberían mejorar con el gasto público, como es la desigualdad.  De hecho, según cálculos, la diferencia después de la acción del Estado puede estar en el orden de 0,01 en el coeficiente de Gini de Colombia.

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El problema no es de cantidad de recursos -aunque sería deseable tener más recaudo- porque en el país se gastaron en subsidios cerca de $72 billones en 2015. Esto es 9% del PIB y más de 5 veces el costo del Metro de Bogotá según el Departamento Nacional de Planeación (DNP). El asunto es de eficiencia y calidad del gasto.

Dentro del problema de eficiencia y calidad del gasto público del país hay una clave: focalización. Los recursos del Estado, recaudado con los impuestos, deben usarse para la capa de la sociedad que más lo necesita. Sin embargo, en Colombia algunas veces se hace exactamente lo contrario.

Hay hechos alarmantes como los siguientes: i) 50% de los subsidios del sistema pensional se va al 20% más rico del país, ii) más del 30% de los subsidios en servicios públicos domiciliarios va al 40% más rico de la población y iii) el monto de subsidios en vivienda es similar para el 20% más pobre y el 20% más rico del país. Adicionalmente, hay subsidios que solo van a los afortunados formales que ganan al menos el salario mínimo, como es el caso del subsidio familiar.

Afortunadamente está por ser publicado el último informe de una misión del gasto e inversión pública que precisamente tiene un diagnostico detallado y recomendaciones para resolver problemas como el citado del gasto. Aunque el informe se lleva esperando desde el año pasado -porque desde diciembre existe un resumen ejecutivo- es natural pensar que será público antes que inicie el próximo gobierno. Es deseable que el nuevo presidente cuente con ese valioso análisis.

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No obstante, se debe señalar que se han avanzado en algunas tareas, las cuales tal vez son insuficientes precisamente porque el Gobierno aplazó la misión y luego hasta la publicación del informe. Por ejemplo, el DNP llevó a cabo una importante depuración del Sisbén, que es un instrumento de focalización. Similarmente, en el Congreso están discutiendo un proyecto de ley sobre subsidios.

Sobre esto último se debe decir que tiene aspectos muy positivos, como el de incorporar un capítulo del costo fiscal de los subsidios vigentes dentro del Marco Fiscal de Mediano Plazo, pero que también tiene otros que parecen ir en la dirección contraria.

Por ejemplo, que cada cambio a requisitos de focalización y salida de un programa de subsidios deberá pasar por el Congreso, institución que sin duda tendrá incentivos encontrados para tomar esas decisiones. Adicionalmente, el Congreso no es exactamente una institución llena de herramientas para hacer evaluaciones que le permitan evaluar focalizaciones. De hecho, el Ministerio de Hacienda está oponiéndose a un proyecto de ley que busca crear una oficina de asistencia técnica en temas económicos para el Congreso.

Que el país tenga mayores niveles de prosperidad y que los colombianos gocen de una mejor calidad de vida pasa por un mayor crecimiento económico. Sin embargo, también es necesario aumentar la eficiencia y focalización del gasto público. Sobre el gasto público vale la pena decir: hagamos el bien, pero por favor miremos a quién.

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