Cuando se habla de innovación, un reto común que presentan las organizaciones, se encuentra en mantener un flujo constante de ideas que nutra el pipeline de proyectos. Para lograrlo, se busca que todos los colaboradores participen, pero muchas veces muchos no lo hacen. Es aquí cuando se crean estrategias de incentivos para promover la búsqueda de oportunidades. ¿Pero son realmente efectivos?
Una practica común es contar con plataformas de colaboración que no solo recogen las ideas, sino que permiten a otro hacer comentarios e incluso puntuar las mejores iniciativas, sin embargo, éstas muchas veces no son efectivas porque no se gestionan bien las ideas después de su recolección o simplemente porque las personas no ingresan a hacer contribuciones.
Visite: Si elegimos lo mismo, obtendremos más de lo mismo
En un esfuerzo por entender este fenómeno, la Universidad de Harvard publicó en los últimos días los resultados de una investigación que buscaba entender la correlación entre los premios de innovación y el nivel de participación en estas plataformas. En el proceso de investigación, se crearon dos tipos de incentivos: en un grupo, existía un premio mayor que recibía la persona con la mejor idea y cuyo valor doblaba al del segundo puesto y era cuatro veces superior al del tercer puesto.
En el segundo grupo, se estableció la misma suma de dinero en premios, pero estos se distribuyeron de forma equitativa entre los primeros 20 participantes. Lo que encontraron fue que en una primera ronda, la calidad de las ideas del primer grupo era mayor. Sin embargo, cuando se les invitó a participar una segunda vez, solo el 37% de los participantes del primer grupo accedió a hacerlo, mientras que un 50% de personas del segundo grupo se le midieron al reto por segunda vez. Además, los participantes del primer grupo que no habían recibido premio, se esforzaron poco en el segundo intento, mientras que el grupo de múltiples premios repartidos tuvo no solo una participación más alta, sino una mayor calidad de las ideas.
Lo anterior demuestra que cuando se trata de premios, el reto es igual que cuando se baja de peso; llegar a la cima requiere de esfuerzo, pero el verdadero reto está en mantenerse. Por eso, cuando se trata de promover culturas orientadas a la innovación, se debe ser muy selectivo con el tipo de premios que eligen darse y optar por un gran número de reconocimientos, en vez de un gran premio para un selecto grupo.
Así mismo, se debe tener en cuenta que los incentivos no necesariamente deben ser económicos, sino estar ligados a los intereses de los colaboradores; tenga en cuenta que muchas veces dar las gracias, hacer un reconocimiento o incluso dar días libres puede hacer más eco que un bono. Además, si se programas sostenibles se trata, lo importante es entender las expectativas de las personas y cuáles son sus motivaciones intrínsecas, pues en la medida que se le apunte más a la maestría, desarrollo de un propósito e incluso el cuidado, las habilidades de innovación serán mejor potenciadas y esto se traducirá en mayor compromiso frente a los nuevos proyectos.
Recomendado: ¿Está usted preparado para el futuro?