CAMILO DÍAZ

Una segunda ronda del coronavirus

Un segundo brote de coronavirus puede configurarse nuevamente pero con las lecciones aprendidas el efecto en la salud, la economía, y posibles cierres deberían ser menos drásticos.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
3 de octubre de 2020

Durante las últimas dos semanas ha aumentado la preocupación sobre un rebrote de coronavirus en el mundo, específicamente en Europa que mantiene sus fronteras cerradas con el resto del mundo, aunque internamente hay tránsito de personas. No obstante, España y Reino Unido han tenido que implementar cierre parciales y localizados para evitar que haya una nueva propagación del virus que obligue a llevar a las personas de nuevo a una cuarentena radical. Después de los efectos en la salud humana, la principal preocupación es que una segunda ola de propagación con aislamiento total sería fatal para la economía que apenas está dando sus primeros pasos para la recuperación.

Que un segundo brote del virus no se configure esta más en manos de la sociedad que de los gobiernos, vale la pena repetir que el uso del tapabocas, el lavado de manos, junto con el distanciamiento social y evadir siempre el contacto físico, son de momento las vacunas que están disponibles, y la única forma que, hasta ahora, ha demostrado efectividad para brindar protección ante la amenaza latente de contagio. Convivir con el coronavirus es una realidad que como individuos debemos asumir. Esa convivencia al final resulta siendo sencilla y se resume en estas tres cosas: tapabocas, lavado de manos, y distancia social.

Las medidas que los gobiernos si pueden implementar para que no se materialice ese riesgo son mantener el teletrabajo para todos aquellos que lo pueden hacer; continuar fortaleciendo los sistemas de salud, particularmente la detección de casos y su aislamiento individual o por pequeñas áreas donde se detecte que hay focos de infección; profundizar las campañas pedagógicas sobre las medidas de protección, para hacer que el mensaje se mantenga en la mente de la sociedad y evitar que se olvide el riesgo o bajen las medidas de alerta; y utilizar la regulación de espacios para evitar que hayan aglomeraciones con gente sin protección.

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Tomar esas acciones no significa que la actividad económica deba continuar a media marcha, o que sectores, como el de entretenimiento, los bares, y parques de ocio que todavía no han podido abrir deban permanecer cerrados; ni que el turismo tenga que perder la temporada de final de año estando casi cerrado sin poder atender esa época que es la que genera los mayores ingresos. De lo que se trata es de hacer una combinación de medidas de prevención: pedagogía con la sociedad, fortalecimiento de las medidas de detección de infectados y su aislamiento, y dejar funcionar la economía para que se restablezcan una parte de los empleos que se destruyeron.

En este punto de lo que va de la pandemia es evidente que no hay gobiernos, empresas, y familias que puedan aguantar un nuevo aislamiento radical. Los gobiernos, especialmente de países emergentes como el nuestro, empiezan a sentir la presión tanto en sus ingresos como en la capacidad para acometer gastos. Igualmente, las empresas de todos los tamaños han reducido su efectivo sustancialmente; y los pequeños negocios muchos cerraron definitivamente, o sus dueños están haciendo un esfuerzo enorme para mantenerlos en funcionamiento a la espera de que la actividad económica gane ritmo.

Que el riesgo asociado a los efectos adversos del coronavirus se mantiene como principal factor de incertidumbre se ha hecho presente en las cotizaciones del petróleo, la referencia Brent se contrajo 13% durante septiembre pasando de US$45,58 barril iniciando el mes a US$39,56 al cierre de ayer, mientras que el WTI hizo un movimiento similar  El petróleo es por supuesto el commodity que guarda mayor correlación con la actividad económica e industrial, la contracción reciente del precio esta vinculada con el impacto negativo que una nueva expansión del contagio del coronavirus puede causar en la salud de la economía mundial.

Un regreso a la situación de marzo y abril donde la cuarentena a nivel mundial paró las cadenas de producción, de suministro, y congeló prácticamente por completo la demanda de los consumidores, es evitable inclusive si hay un rebrote, para eso se deben aplicar todas las lecciones aprendidas durante estos nueve meses desde que el virus fue descubierto e inicio su propagación por el mundo. 

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