El Síndrome del “Colinchado”

FinanzasPersonales.com.co
10 de abril de 2012

02.JPGVariables como la honestidad, ética y cultura ciudadana pesan a la hora de evitar que los recursos por los que algunos pagan sean agotados por todos, incluyendo a los que disfrutan vivir siempre de los demás, como “Colinchados”.



 

¿Nos hemos preguntado por qué quien recoge el dinero para una colecta a veces no paga su cuota? ¿Por qué es común ver que algunos roben la señal de televisión o los servicios públicos de sus vecinos? ¿Por qué quienes no pagan impuestos disfrutan de los bienes públicos que se financian con el recaudo de quienes si lo hacen?, o en otras situaciones cotidianas, ¿por qué pasamos la calle resguardados por quienes van adelante y nos abren el paso?, o ¿por qué algunos estudiantes o trabajadores que no trabajan reciben el mismo reconocimiento, ya que tienen la suerte de que sus amigos los anoten en un informe o trabajo, aún sin haber aportado en este?

 

Esta situación que desafortunadamente caracteriza a algunos ciudadanos y que a menudo se cataloga de manera errada como “ingeniosa”, es en realidad una situación enmarcada en un problema denominado en la literatura microeconómica como el “Free-Rider”, en donde un agente disfruta el consumo de un bien o servicio a pesar de no pagar un precio por él, mientras que otros si lo hacen.

 

Éste hecho se considera una falla del mercado que generalmente ocurre por falta de visibilidad de las acciones de los agentes (es difícil saber si nuestro vecino nos está robando la señal de televisión por cable o el servicio de agua) y por falta de mayores sanciones a quienes cometen estos atropellos.

 

Por ejemplo es común ver cómo algunas personas logran entrar al servicio de Transmilenio sin pagar la tarifa, corriendo el riesgo de sufrir un accidente, o cómo a pesar de ser grabados por cámaras instaladas en las estaciones o por videos realizados por los ciudadanos y difundidos por los medios de comunicación, no se aplica sanción alguna o se mejora la seguridad, con el fin de evitar y desincentivar estas conductas.

 

Pero el problema del Free-Rider o usualmente interpretado como “El Colinchado”, va más allá de una acción deshonesta que puede incentivar a actuar de manera poco correcta y tiene implicaciones económicas más que morales.

 

En realidad, quienes consumen bienes o servicios sin pagar están agotando los recursos y perjudicando el abastecimiento de estos en la economía. Además, es importante entender que esta situación también está asociada con el grado de educación y cultura ciudadana, ya que en ciertas sociedades pensar en “colarse en una fila” o ser moroso en la cuota de administración de un conjunto o unidad residencial, parquear en un estacionamiento ajeno o aprovecharse de quienes si cumplen las normas para pasar desapercibido y recibir beneficios, es una conducta que aunque existente, es más escasa debido tanto a la presión social que ejerce el conjunto de ciudadanos y de las fuertes reglamentaciones que han sido creadas y funcionan de manera eficiente para castigar estos hechos.

 

Si no me ven me puedo colar en la fila

 

No se puede generalizar que las conductas tipo “Free-Rider” sean cometidas por todas las personas en una sociedad. Lo que sí es cierto, es que a medida que se reducen los controles y las acciones de los agentes pasan por alto, existen mayores incentivos para disfrutar de beneficios aún sin tener que asumir costos por ellos.

 

Por esto, es fácil ver casos en donde frente a la ausencia de regulación y control, se violen las normas, se cometan con mayor facilidad delitos y los usuarios puedan aprovecharse más fácilmente de recursos que no les pertenecen. Es más fácil colarse en la fila de un banco frente a la distracción de los demás usuarios o cometer estos actos, si se sabe que frente a ser descubierto, la sanción será mínima o nula.

 

Por esto, creer que no es tan grave que un estudiante se copie en un examen o les pida a sus amigos que lo incluyan en un trabajo aún sin haber trabajado en absoluto, o un jefe que se roba el mérito de sus trabajadores para recibir el reconocimiento individual, son situaciones que dan una muestra de lo que es ser un “polizón” o “colinchado”, y no por ser casos que tienen menor impacto en la sociedad, pueden considerarse menos graves, ya que al final generan ineficiencia y afectan el bienestar social.

 

Por esta razón, juega un papel importante el denunciar este tipo de conductas por parte de los agentes que si observan estas anomalías y que asumen el costo de los bienes que disfrutan, por lo que cuentan con toda la autoridad moral para exigir su derecho como consumidores, contribuyentes, etc.

 

Desafortunadamente no siempre es tan fácil identificar estas situaciones y darles solución. Es allí, en donde además del control que se ejerza con el fin de evitar el problema del “Free-Rider”, variables como la honestidad, ética y cultura ciudadana pesan a la hora de evitar que los recursos por los que algunos pagan sean agotados por todos, incluyendo a los que disfrutan vivir siempre de los demás, como “Colinchados”.