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HABLEMOS CLARO: ¿Camino equivocado?

Semana
9 de abril de 2012

Al margen de los resultados deportivos de Millonarios, hay cosas importantes en otro terreno, que deben ser conocidos por la opinión pública: El desarrollo de programas y actividades orientados a la recuperación de la familia como invitada principal a los partidos de fútbol, con todas las implicaciones que ello tiene.

 

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 Mi primera vez, por ejemplo, fue una invitación que le hizo el club a un numeroso grupo de niños, más de 900, estudiantes de colegios distritales con edades entre 7 y 12 años, para asistir a un partido de fútbol y disfrutar de los bombos, del papel picado, de los goles, de los abrazos, de la ola, de todos elementos que componen la fiesta del fútbol, lo que con seguridad es una experiencia inolvidable para ellos. Quien no recuerda “gorriones”, el escenario de las primeras visitas gratis al estadio?

 

Semillas de paz, es el nombre de otro de los programas, que le ha permitido a 6 personas, 2 adultos y 4 niños, asistir con una sola boleta a los partidos del club azul, estrategia que ha sido un gran impulso para la asistencia masiva de grupos familiares a presenciar los partidos, que ha funcionado muy bien.

  

Esfuerzos de este tipo, más de diez mil invitados, sumados a un diálogo sincero y abierto con las barras, son los que permitirán rescatar el fútbol como espectáculo familiar, que es una de las grandes apuestas de los directivos del club, por eso resulta tan desenfocado el artículo escrito por el comentarista deportivo Iván Mejía, en el que afirma que Felipe Gaitán, Presidente de Millonarios, “cogobierna con la barra brava”, desconociendo de plano objetivos que son, si se profundiza un poco, más importantes que los resultados deportivos en si mismos.

 

Es cierto que entre las barras, de todos los equipos, se encuentran desadaptados, capaces de cualquier bestialidad, sujetos a los que se debe desterrar de los estadios y de cualquier escenario público de por vida, pero no se puede caer en la generalización y la descalificación a priori de la gran mayoría de hinchas, que con seguridad están dispuestos a apoyar cualquier iniciativa que conduzca a la pacificación del fútbol y de los estadios.

 

Como seguidor de Millonarios, ajeno a cualquier tipo de interés en su manejo, me alegra profundamente que parte de la carta de navegación del nuevo club apunte hacia el rescate de la convivencia en los estadios, aunque los mecanismos empleados, la concertación, el diálogo y los programas pensados a mediano y largo plazo, es decir, soluciones estructurales e inteligentes, le parezcan al señor Mejía hechos delictivos, merecedores de sanciones penales, como amenaza en su escrito. 

 

Los que deberían ser sancionados son quienes haciendo uso del relativo poder que les brinda un micrófono o una columna en algún medio de comunicación agreden, descalifican e incitan a la violencia con comentarios desprovistos de mesura, de tranquilidad y, especialmente, de objetividad.  De eso ya hemos tenido bastante en el país. Hablando con claridad, ese es el verdadero camino equivocado.

 

Fernando Márquez