JUAN GONZALO ANGEL RESTREPO; nos enseña sobre la glándula canina
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Todas los que tenemos perro, deberíamos saber la importancia de mantener la parte **bleep** del perro completamente limpia y segura.
Esto es fundamental para una excelente salud de nuestra mascota, ya que un perro no puede limpiarse por sí mismo, por lo cual necesita la ayuda de su propietario o un veterinario pero es muy sencillo en casa se puede hacer.
No es algo que precisamente sea lo más agradable; el tener que limpiar la parte **bleep** de nuestra mascota, pero es algo que podemos hacer con cierta repetición aunque la parte externa se encuentre a simple vista limpia, debemos internarnos: ya que hay unas glándulas en el interior que pueden tener exceso de excremento.
Las glándulas que se hallan dentro del ano del animal, se les denomina glándulas perianales y son las delegadas de retener el excremento cuando el recorre el intestino.
La acción manual del propietario es primordial para que el perro no posea dificultades infecciosas y futuros problemas de salud por causa de las bacterias del intestino.
La regularidad para higienizar la parte **bleep** de nuestro perro dependerá de muchos factores, y uno de ellos el tamaño y la raza de nuestra mascota. Básicamente es bueno realizar esta acción un mínimo de 3 o 4 veces a la semana, aunque si se puede hacer a diario es muy aconsejable que lo haga.
Primero puede poner los dedos índice y pulgar precisamente abajo del ano del perro y palpar hasta localizar una “bolita” (la glándula perianal). Se presiona firmemente y hacia el ano. Saldrá un líquido maloliente y de color café. Procuren de preferencia utilizar guantes, tapaboca y lentes. Limpiar preferentemente durante el baño del perro. Si se realiza entre periodos de baño, utilizar, si, una toallita húmeda, pero solo para limpiar alrededor del ano y pelaje que se ensucie después de “exprimir” la glándula.
Para limpiar la glándula **bleep** de nuestra mascota usa una toallita húmeda sin alcohol, puede ser de la misma que se usa para bebes recién nacidos. Debes sumergir un dedo dentro del ano del perro, no muy profundamente, de manera que limpiaremos así los restos que puedan haber en el interior. ¿Fácil verdad?