LAS BANDAS DELINCUENCIALES EN COLOMBIA

Este es un tema de criminología, que tiene el carácter de ciencia social. Es una rama escindida del derecho, autónoma y de  suma importancia.  Colombia ha sufrido todas las violencias, pero  con la excepción del narcotráfico, la delincuencia común nunca había adquirido el poder desproporcionado que hoy detenta. No solo es un poder real que afecta a la sociedad en general, sino que está robándole espacio al control estatal en amplias zonas del país y en muchas capitales, donde  ejercen un poder político. Ósea: controla, cobra vacuna y cuentas privadas, delimita territorio  e incluso ejerce labores jurisdiccionales en la comunidad. Su capacidad de coerción está sustentada en las armas y su poder de intimidación. El mejor ejemplo es el paro que convocó ayer y que paralizó una tercera parte del territorio nacional.

Como llegaron a obtener este poder.  Establecer la genealogía de estos grupos es de suma importancia. Lo que distingue a uno sociedad civilizada de otra que no lo es, entre otras cosas, es la capacidad para dirimir sus conflictos y sus sistema de justicia.  Colombia es un país atípico gracias a una violencia endémica y una desigualdad social desproporcionada. La violencia generó el fenómeno guerrillero, el paramilitarismo, las organizaciones criminales, quienes actúan siempre en contubernio con el narcotráfico y que constituyen un precipitado muy confuso el cual no es fácil de entender en toda su dimensión, pero que está suficientemente estudiado por la academia.. Cuando el gobierno reconoce que existe conflicto interno, debería admitir de igual manera, el fenómeno de las bacrim  y asumir una posición clara frente a su poder, antes de que sea  tarde. Esto quiere decir, que las bandas criminales son verdaderas organizaciones, con un poder real, con jerarquías internas, con manejo de bastas zona.  Actualmente se ha desbordado y enfrenta al estado sin cortapisas.

Que hacer.

Primero conocerlas en su totalidad, descifrarlas y hacer una radiografía de quiénes son y cómo actúan, pues es un hecho que es la suma de muchos grupos ilegales unidos a través de la fuerza y como organización muy vulnerables, pues están cohesionadas a sangre y fuego y el poder del dinero ilegal. Aun así son muy frágiles.  Si existe voluntad de enfrentarlas, no sería difícil acabarlas. Hasta ahora no ha sido así. Las razones las debe dar el gobierno. La otra salida, en una política de reinserción y acuerdo, que no cometa los mismos errores que se dieron con los grupos paramilitares en el gobierno anterior. Entre otras cosas, una de las razones expuestas por algunos analistas, estas organizaciones nacieron de los acuerdos fallidos con estos grupos, pues en el fondo se sintieron traicionados por las falsas expectativas creadas, explicaciones que nos debe el pasado comisionado de Paz, el Doctor Restrepo, este tema no esta resuelto y cada vez es más ilegible.

Lo que no resuelve el hombre con inteligencia lo resuelve la vida a su manera. Esta es la realidad de las bacrin. Es hora que el gobierno asuma una posición clara frente a este fenómeno.