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Las causas de la guerra y la política

Semana
12 de septiembre de 2012

 

1-No hay que olvidar las causas que dieron origen a la guerrilla para no olvidar las causas de la política. Fue el presidente Belisario Betancourt el que hablo de causas objetivas y causas subjetivas. La gente no hace la guerra por hacerla; ni la guerrilla es voluntarista, ni los soldados del estado son inocentes. Detrás de todo acto de guerra hay un acumulado de intereses que van desde los políticos-ideológicos hasta los económicos. Si comprendemos estos sustratos de la política, quizá logremos entendernos como una sociedad diversa, plural, violenta, clasista, pero sobre todo comprender que a partir de estas diferencias es posible construir  una sociedad justa.

 

2-El proceso debe ser un espacio político para construir confianza en el otro y debe partir de la colaboración mutua para certificar las buenas intenciones y la voluntad de paz.

 

3- El proceso no puede convertirse en el espectáculo de la paz, en algo que se utilice para marcar puntos en la imagen de favorabilidad del presidente de la república. Hay que ser muy prudentes y austeros en la emisión de información y esperar que culmine el proceso para ver como termina todo. Lo contrario es ser terriblemente egoístas.

 

4- La vía más efectiva, como lo sostiene Jan Egeland de la ONU, es el de las conversaciones cara-cara entre los líderes de ambos lados.

 

5- En este proceso nadie debe considerarse enemigo, porque no es un espacio para liquidar al otro sino para llegar a acuerdos de cese de hostilidades, dejación de las armas y posteriormente la paz. No se conversa para hacer desaparecer de la historia al otro.

 

6- Hay que darle un viraje radical al lenguaje oficial, incluye los medios de prensa constructores de opinión pública. No se puede continuar hablando, como lo hace el ministro de la defensa, de asesinos y terroristas. El gobierno abrió un paréntesis político para posibilitar la dejación de las armas por parte de un sector de la guerrilla, y el lenguaje es fundamental para desarmar los espíritus. El síndrome del enemigo, según unos estudiosos suizos, no permite comprender el origen de la guerra ni entender al otro. Por lo tanto, puede afectar el desarrollo de las conversaciones.

 

7-Los líderes que conversan alrededor de la mesa de paz, deben ser autónomos e independientes y con poderes plenos para negociar.

 

8- No deben haber voces paralelas en la negociación, por ejemplo, que el presidente Santos diga una cosa por los medios de información de masas y los voceros del gobierno, otra.

 

9- Hay que asegurar que no se vuelva a repetir la nefasta y vergonzosa experiencia de la Unión Patriótica. Lo que significa que el estado nacional debe recuperar el monopolio de las armas para darle seguridad y credibilidad política al proceso.

 

10- No se puede concebir una concepción de la solución del conflicto, aislada de la paz social, la confianza y credibilidad en las instituciones gubernamentales.

 

11- Las instituciones, tanto las del aparato represivo como las ideológicas, no pueden evolucionar como si aquí no estuviera pasando nada. Es decir, no se puede re-elegir impunemente al procurador general de la nación por todo lo que sabe el país, o presentar una ley para esquilmarle a los trabajadores colombianos las cesantías, o elegir, como efectivamente se hizo, al nuevo defensor del pueblo. ¿Cuál es el mensaje de paz para la sociedad colombiana?

 

12- Es importante reconocer que el modelo militar, tanto el subversivo como el estatal, se agotó después de más de 50 años en guerra. Este modelo degradó todo, lo que obliga a repensar todo, pero incluyendo factores que vayan más allá de las armas. La creatividad de la sociedad puede ser un aporte importante, porque la guerra no es un tema exclusivo de los combatientes, es también un tema importante para las víctimas y la sociedad en general.