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LAS RESPONSABILIDADES DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Semana
28 de junio de 2012

Resulta bastante curiosa, por no decir que cínica, la posición del presidente frente a la reforma de justicia, pues es imposible asumir tal inocencia y rubor frente al texto final, con un proyecto que nació en la casa de Nariño y el cual fue defendido a capa y espada por sus ministros y el propio Doctor Santos  hasta último momento.

Dónde estaba el ministro, los  asesores presidenciales en materia jurídica.   Conocía el presidente la minucia ?, es corriente que los proyectos presentados por el ejecutivo, terminen aprobándola a pupitrazo limpio. Lo que no se entiende es la magnitud de los micos incorporados  en la cara de un súper-ministro, con un performance inigualable en la materia.

La pregunta del millón es la siguiente, ¿de no haberse producido las movilizaciones en las redes y en los medios, el presidente hubiese tomado la misma actitud? Está claro que actuó después del escándalo no antes. Por supuesto que es imposible saberlo, en todo caso  hay un sabor amargo, el ejecutivo no sale bien librado, lo  que sí es cierto es que no supo liderar una reforma que tenía todo a su favor, era necesaria y contaba con las mayorías parlamentarias, inexplicablemente al final terminó en una colcha de retazos.

Ahora se quiere convocar a un referéndum y a una constituyente. Este es otro ejemplo del oportunismo galopante de este país. Basta ver a los promotores para saber que con la excepción de unos pocos, caeremos en las mismas personas que cínicamente vienen hablando de cambiar al país y viven inmersos en los vicios políticos que pretender acabar.

No pasará nada, aquí nunca pasa nada, dice mi amigo Enrique Cortes. Es bueno que el presidente asuma las responsabilidades que le caben en este caso y sobra decir que el congreso deberá hacer lo propio. No será fácil salir del vacío y la desesperanza que ha traído tan nefasto suceso para las instituciones, para el propio presidente y para una sociedad que desde hace muchos años no se siente representada dignamente.

Las cortes también tienen una responsabilidad muy grande. Es bueno conocer hasta donde participaron en el entuerto. Señor presidente, solo esperamos que usted asuma el costo de semejante esperpento.