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REVENTÓ LA CAMORRA

Semana
21 de abril de 2011

El jueves 25 de diciembre de 2008, se publicó en esta misma columna del Diario EL LIBERAL un artículo titulado “Mejor que se quede Uribe”, donde se leía que “Los efectos e impactos de las políticas del gobierno casi siempre se manifiestan y se sienten después de tres años desde cuando se comienzan a aplicar. Por eso, la situación que vive el país hoy durante el segundo período de Uribe es consecuencia de las políticas que él aplicó en el primer período; y al Presidente del período 2010-2014, le tocará afrontar las consecuencias de las políticas que Uribe está aplicando hoy. Así, al próximo presidente le tocará asumir problemas sociales y económicos aun más graves de los que se están viviendo hoy. La opinión pública dirá entonces, que la culpa es de él y que el Uribe de hoy era mejor gobernante.”

 

El artículo perece premonitorio, si se tienen en cuenta los eventos de la última semana, cuando los uribistas están atribuyendo al gobierno de Santos, la culpa de la situación que hoy vive el país en materia de convivencia y seguridad, como efecto de las políticas que aplicó su antecesor y que han agudizado los conflictos sociopolíticos de la historia nacional. Lo justo sería que Uribe comiera de su propio cocinado afrontando hoy la agudización de la crisis que él mismo cultivó con sus cacareadas políticas de seguridad democrática, confianza inversionista y la descomposición social que llamó cohesión social. Pero por las razones que la opinión pública ya conoce, ahora le toca al Presidente Santos afrontar las consecuencias y en tal razón, recibir la crítica por la situación presente cuyos orígenes datan de varios años atrás pero que la visión popular no percibe.

 

A diferencias de Uribe, quien en su filosofía de gobierno mostraba los fundamentos más recalcitrantes de la derecha fascista, Santos que hizo la campaña bajo la sombra del Partido de la U, hoy demuestra con suficientes evidencias, que en su sentir político tiene muy arraigado los principios liberales de sus ancestros familiares, donde  el respeto por las ideas opuestas, prima sobre el sentimiento narcisista. Por eso, a pesar de que Uribe boicotea su gobierno, el Presidente con nobleza reafirma públicamente su respeto y agradecimiento a quien le abrió la puerta para ascender al poder.

 

Colombia tiene que valorar y tomar posición frente a la confrontación que los uribistas está promoviendo, como siempre, por debajo de la mesa con métodos soterrados y turbios, hoy cuando el país ha recuperado la confianza y se vislumbra que nuevas rutas definirán el futuro; porque como se ven las cosas, ya reventó la camorra.