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Expertos indican que el Banco de la República no debe descartar emitir, pero como última alternativa. | Foto: Bani Gabriel Ortega

FINANZAS PÚBLICAS

¿Cuándo prender la máquina?

El país está ad portas de una crisis económica sin precedentes, cuyos efectos se estiman peores que los que dejó la crisis de 1999. ¿Cómo enfrentar esta situación?

4 de mayo de 2020

Hasta febrero, la economía colombiana venía creciendo a tasas superiores a 3% y se mostraba como una de las más estables y atractivas de América Latina.

Hoy, el país enfrenta dos golpes. Por un lado, el freno en seco de la mayoría del aparato productivo. Y, por el otro, el desplome del mercado petrolero debido a la caída de la demanda mundial. Un hecho que hará mella en las finanzas públicas sobre todo en 2021.

Tradicionalmente la economía colombiana se ha caracterizado por un manejo ortodoxo, con un especial cuidado por el control minucioso de la inflación, el empleo y el déficit fiscal. No obstante, el país enfrenta una coyuntura extraordinaria que indudablemente demandará dejar lado la ortodoxia y aplicar medidas impensables en otros escenarios.

Esta crisis cogió al país con poco margen de maniobra en materia fiscal, por lo que el Gobierno se ha visto abocado a buscar soluciones creativas para la crisis. En diálogo con Dinero, el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, explicó que en la primera etapa de la crisis el Gobierno tomó cerca de $15 billones de fuentes ya existentes como el Fonpet ($3 millones) y el Fondo de Ahorro y Estabilización de Petróleo ($12 billones).

Posteriormente han ido tomando otras determinaciones como el impuesto a los funcionarios públicos de altos salarios y algo impensable hace meses: inversiones forzosas de las entidades financieras, que se estima dejarán cerca de $9 billones. Así mismo, el Gobierno accedió a la liquidez de los recursos del Fondes y se capitalizó el Fondo Nacional de Garantías con recursos del Grupo Bicentenario y rendimientos de ISA, para brindar garantías por $70 billones a las pequeñas y medianas empresas.

Por supuesto, para enfrentar esta crisis hay que recurrir al endeudamiento. El Gobierno espera un desembolso de US$3.000 millones de la banca multilateral. “Creemos que con estos recursos podemos atender la emergencia y cada día traerá su afán, por el momento no estamos pensando en otras alternativas hasta no haber cuantificado los efectos, lo que dependerá de cuánto dure el aislamiento”, agregó Londoño.

Hasta el momento el Gobierno tiene dos prioridades: fortalecer el sistema de salud para que pueda hacerle frente a la pandemia y, al mismo tiempo, proteger el mayor número de empresas y de empleos para asegurar los ingresos de la mayoría de la población.

Para cubrir esas necesidades, el Gobierno ha realizado transferencias directas a través de programas sociales y adelantó la devolución del IVA a las familias menos favorecidas. Se estima que el giro de cada uno de los programas y la devolución le cuestan al Estado cerca de $500.000 millones.

En varios escenarios el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas ha planteado que el Gobierno debe acudir al financiamiento en dólares, por lo que la banca multilateral ofrece la mejor opción.

Este endeudamiento adicional evidentemente va a ejercer presión en el déficit fiscal, por lo que el Comité de la Regla Fiscal pidió al Gobierno revisar los escenarios. De acuerdo con el viceministro Londoño, “los cálculos del Comité establecían que para este año el déficit sería de 2,1%, y según el Comité podemos llegar hasta 4,9%. Eso implicaría 2,8 de déficit adicional para atender la emergencia”.

La cosa no va a ser fácil. Según Fedesarrollo, la actividad económica se contraerá 2,7% en 2020, en el mejor de los casos.

Frente al proceso de recuperación, Fedesarrollo propone 3 escenarios. En el primero se presenta una recuperación en “V”, es decir, un rebote rápido, siempre y cuando la cuarentena vaya hasta mediados de mayo para que la capacidad productiva se recupere en el segundo semestre. El segundo escenario es uno de “W”. Este refleja una recuperación similar a la del primer caso, pero con una segunda cuarentena después de mayo. Finalmente, Fedesarrollo propone un escenario en “U”, en el cual el consumo se recupera débilmente durante todo el año. En este panorama Fedesarrollo prevé que la economía se podría contraer hasta en 7,9% este año, mientras que el Gobierno lo estima -1,4%.

Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dijo que una coyuntura atípica requerirá tomar decisiones poco ortodoxas. Pero aclaró que es clave agotar las instancias regulares, como lo ha venido haciendo el Gobierno.

Agregó que emitir dinero debe ser la última opción, pero que no hay que descartarla. “Después de agotar los caminos uno podría pensar en prender la máquina de billetes (...) es una situación extraordinaria que va a requerir de herramientas extraordinarias, pero se deben utilizar de manera secuencial. Así como el Banco de la República es el prestamista de última instancia para los bancos, así lo debe ser para el Gobierno”, concluyó.