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Ecopetrol reveló que sigue siendo rentable incluso a un precio de US$30 por barril. | Foto: Daniel Reina

PETRÓLEO

Ante crisis petrolera, ¿el fracking qué?

El desplome en los precios del crudo sorprendió a la industria petrolera. El covid-19 y las decisiones de la Opep han creado la tormenta perfecta. ¿Qué futuro espera al fracking?

19 de marzo de 2020

La expansión global del coronavirus y las medidas –dolorosas, pero necesarias– que han tomado los gobiernos para contener la epidemia, han ocasionado un desplome significativo en la demanda de crudo a nivel mundial, particularmente en Europa y Asia. Según algunos cálculos, la oferta mundial de petróleo tiene un exceso de 2,5 millones de barriles diarios.

Todo ello con el agravante de que Rusia y Arabia Saudita, pescando en río revuelto, ya se habían metido en un pulso geopolítico en torno al tamaño de la producción. Eso causó una oferta sobredimensionada que aumentó la caída en los precios del crudo. .

Sin duda el precio del petróleo que, al cierre de esta edición, se ubicaba en niveles de US$28 para la referencia WTI, y de US$29 para el Brent, ha presionado la rentabilidad de la actividad petrolera, sobre todo en la de yacimientos no convencionales. Para Rusia es un panorama deseable, pues a largo plazo Estados Unidos podría resultar afectado en este modelo de extracción que le ha permitido alcanzar la autosuficiencia.

Esta situación no solo ha afectado al sector petrolero. Los precios del crudo tienen un impacto mayor, porque es el mercado más líquido de dólares. Por eso el precio no solo afecta la transaccionalidad sino toda la economía en general.

Los mercados mundiales están convulsionados. Las principales bolsas a nivel mundial han caído a niveles superiores a 10%. Al cierre de esta edición, Dow Jones, Nasdaq y el S&P cayeron 12,93%, 12,32% y 11,57% respectivamente.

Colombia no ha estado al margen. Debido a la poca diversificación de la economía y a la dependencia en el sector minero energético –responsable de 50% de la balanza comercial– el país está muy expuesto a los choques internacionales de este tipo.

Las finanzas públicas están construidas a partir del supuesto de un barril a US$60. Por eso, sin duda un precio de US$30 pone en aprietos las cuentas para el próximo año.

Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), explicó que el precio actual no le sirve a la industria ni al Gobierno. Según cálculos de la agremiación, si este año el precio el barril se ubica alrededor de US$50 el Estado colombiano dejaría de percibir entre $4 billones y $5 billones. Y si llega a US$40 las pérdidas alcanzarían $8 billones. Prevé que por cada dólar que cae el barril, en promedio en el lapso de un año, el país deja de recibir US$120 millones.

Fuentes cercanas a la industria explicaron que hay preocupación, pues, como los precios actuales no son sostenibles, hay una alta probabilidad de que, si se mantienen, algunas operaciones petroleras cierren en el corto plazo, otras tengan que congelar su planes de desarrollo y unas más suspendan sus proyectos futuros.

Sin embargo, Lloreda indicó que las empresas hoy están más preparadas gracias a las lecciones de la crisis de hace 5 años. “Estas permitieron mejorar las actividades exploratorias y de producción y estar en condiciones de tener barriles rentables a precios bajos aunque esto varía dependiendo de la empresa y el tipo de proyecto (costa afuera, tierra firme, convencional o no convencional)”, agregó el presidente de la ACP.

Por su parte, Ecopetrol se declaró lista para enfrentar la situación, gracias a un programa de transformación y eficiencias con el que ahorró más de $13 billones en cinco años. “Gracias a esto, el precio de equilibrio para generar utilidades de la empresa se ubicó en US$30 por barril de crudo”, aseguró la petrolera.

Esta crisis llegó justo cuando el Gobierno había expedido el decreto que reglamenta los pilotos de fracking, el primer paso hacia el desarrollo de los pozos no convencionales en el país, que se supuestamente iban a comenzar a trabajar en 2021.

Desafortunadamente, este nuevo panorama podría afectar en alguna medida la agenda del Gobierno en este ámbito. En efecto, empresas como Ecopetrol, ConocoPhillips, Exxonmobil y Drumond ya habían manifestado su interés en participar de los pilotos. Pero de extenderse por más tiempo esta coyuntura dichas empresas lo pensarían dos veces antes de lanzarse. Esto daría un golpe fuerte a los planes del Gobierno, no solo en términos fiscales sino de seguridad energética.

“En no convencionales tendremos que esperar a que esté el marco regulatorio completo antes de evaluar la oportunidad de desarrollar los pilotos”, dijo Alberto García, country manager de Drummond, empresa interesada en desarrollar fracking en la cuenca del Cesar.

Preliminarmente algunos han hablado de inversiones entre los US$400 millones y US$600 millones que estarían en veremos. Aún no es clara la rentabilidad de la técnica a los precios actuales del petróleo.

En el sector petrolero consideran prudente aguardar unos días para determinar cómo van a evolucionar los precios y así tener un panorama más claro frente al futuro de la industria.