El desarrollo de los cuatro proyectos pilotos de Yacimientos No Convencionales (YNC) que están hoy sobre la mesa le podrían significar al país no solo una billonaria fuente de recursos fiscales, sino que podría darle un impulso a la generación de empleo, los encadenamientos productivos y el crecimiento económico regional.
O por lo menos, esto es lo que afirma la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), que calcula que el aporte estimado de estos cuatro proyectos podría ser del orden de los $100 billones durante los próximos 25 años. Esto es, alrededor de $4 billones anuales, lo cual le permitiría aumentar entre 10% y 15% la inversión total del Gobierno Central durante ese periodo.
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En su informe “Legado de los Yacimientos No Convencionales para Colombia”, el gremio también resalta que estos proyectos, en su etapa de producción, dejarían para el país 19.000 nuevos empleos directos estables, que sumados a los indirectos e inducidos totalizarían 68.000 nuevos empleos durante 25 años.
Además de los mayores recursos fiscales y el impulso a la generación de empleo, los YNC podría impulsar encadenamientos productivos en las regiones donde se realizará la operación y la demanda en sectores como transporte, comercio, entre otros.
“Colombia tiene abierta una ventana de oportunidad, no sabemos por cuánto tiempo. Es importante avanzar con la fase exploratoria y los pilotos de investigación recomendados por la Comisión de Expertos para confirmar el potencial del recurso, recopilar mayor información que sirva para mejorar aún más la normatividad y capacidad institucional; y avanzar en el desarrollo y aprovechamiento de estos recursos y los beneficios que traería para todos los colombianos”, afirmó Francisco José Lloreda, Presidente de la ACP
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Pero, sin duda, uno de los mayores beneficios es que le permitiría al país garantizar la autosuficiencia energética al país a largo plazo (algo que le podría generar enormes costos). Actualmente, el país tiene una relación de reservas/producción de 5,7 años para el caso del crudo, y de 11,7 años para el caso del gas. El desarrollo de los yacimientos no convencionales podría más que triplicar las reservas actuales.
Sin duda, el desarrollo de los pilotos de Yacimientos No Convencionales (YNC) le permitirán al país no solo determinar la efectividad del marco regulatorio técnico y ambiental vigente en Colombia, sino dar una discusión sobre si el país se puede dar el lujo de dejar o no estos recursos enterrados.
Más efectos
En el corto plazo, los cuatro proyectos pilotos podrían alcanzar una producción de cerca de 450.000 barriles diarios y atender el mercado interno de gas natural, al menos por los próximos 25 años. Con esto, el país recibiría una inversión inicial para la fase exploratoria de US$650 millones entre 2019 y 2022. Además de un nuevo recaudo comparable con el impuesto a la renta proveniente de más de 1.000 pymes.
Se estima que en el desarrollo de los YNC se invertirían al menos US$2.400 millones en programas socio ambientales obligatorios, de los cuales el 50% en beneficio de las comunidades y el otro 50% en programas ambientales. Toda esta ejecución presupuestal con participación de la comunidad al decidir la destinación.
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El no desarrollar los YNC compromete la autosuficiencia energética en materia de gas natural y petróleo, lo que se reflejará en un incremento de los precios al usuario final del gas natural y electricidad. Igualmente, el país se expone al incremento del déficit de refinados de petróleo estimado en cerca de 130.000 bpd hacia el 2040.
El costo para el país de no tomar la decisión sería del orden de los US$14.801 millones debido a la necesidad de importar gas natural, petróleo y combustibles líquidos para abastecer la demanda nacional en los próximos 20 años. Este valor representa cerca de $44.4 billones colombianos que, en términos prácticos, representan 6 veces los recursos aprobados en la ley de financiamiento.
Los proyectos se ubican en las dos cuencas con potencial importante: Cesar-Ranchería y Valle Medio del Magdalena. Su ejecución pudiera, además, atraer nuevas empresas que están a la espera del rumbo que tome el desarrollo de los YNC en Colombia.
