EL REPORTERO

Habría podido llegar a San Vicente del Caguán entre la comitiva de invitados especiales.
Pero el Nobel colombiano prefirió viajar en el avión de los periodistas, dispuesto a retomar su profesión
primigenia cubriendo, como sus demás colegas, un acto de trascendencia histórica: la instalación de las
mesas de negociación que dieron arranque la semana pasada al proceso de paz entre el gobierno de
Andrés Pastrana y las Farc. Por eso no fue raro verlo recorrer el pueblo, libreta en mano, haciendo entrevistas
y tomando apuntes del suceso antes de que él mismo se convirtiera en objeto de noticia.
Su retorno a la reportería, que de hecho no ha abandonado nunca como escritor, tiene un objetivo definido:
inaugurar un nuevo rumbo en la vida de la revista Cambio, que adquirió junto con periodistas tan recorridos
como Mauricio Vargas, María Elvira Samper, Roberto Pombo, Pilar Calderón, Ricardo Avila y Edgar Téllez.Con
la crónica como arma contra la chiva el maestro ha vuelto con el deseo de confirmar, una vez más, que el
periodismo sigue siendo el oficio más hermoso del mundo.