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Sembrar futuro

Franco Vallejo, un agrónomo de Palmira, dirige el ‘Mejor programa de investigación del país’ en 2000, según galardón de Colciencias.

10 de septiembre de 2001

Lo que mas recuerda Franco Vallejo de Pupiales pueblo donde nació hace 51 años, son los cultivos que daban la impresión desde lejos, de ser un tapete de retazos de colores. Tal vez por ser de Nariño, una de las despensas agrícolas más importantes del país, y por el espec-táculo que lo maravillaba, no tuvo dudas al escoger su profesión de ingeniero agrónomo. Para lograrlo salió de la casa muy joven, a los 16 años, al terminar el bachillerato, y se matriculó en la Universidad Nacional de Palmira, ciudad donde aún reside hoy.

Se inició como investigador en genética con un doctorado sobre el mejoramiento de semillas en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. De regreso, en 1985, se encontró con un panorama dramático: Colombia perdía el único programa para mejoramiento de semillas que desarrollaba el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA. Esta situación, sumada a las limitaciones que existían —y existen hoy— para importar semillas resistentes a las plagas del trópico, hicieron que Vallejo y un grupo de colegas decidieran fundar, con el apoyo de la Universidad Nacional de Palmira, el programa de investigación en el mejoramiento genético y producción de hortalizas. Esperaban beneficiar a los cultivadores de las 100.000 hectáreas de hortalizas que tiene el país al crear semillas resistentes que además produjeran hortalizas nutritivas.

A punta de constancia y disciplina Vallejo y sus colegas han logrado en pocos años resultados sorprendentes: han producido siete nuevas variedades de semillas de alto rendimiento; han montado un banco donde están guardados los recursos genéticos más importantes del país y han puesto a marchar tres maestrías en ciencias agrarias. Además hoy pueden decir satisfechos que produjeron la variedad del cilantro ‘precoso’ que se cultiva hoy en todo el país.

Los reconocimientos no se han hecho esperar. El proyecto fue catalogado por Colciencias en días pasados como el ‘Mejor programa de investigación’ del país del año 2000. Fue reconocido con la Excelencia Académica de la Universidad Nacional en 1999 y 2000 y recibió el Premio Nacional de Ciencia Alejandro Angel Escobar, en 1994.

“Nuestro próximo reto es derribar la última barrera que existe entre la ciencia y la práctica, o sea, conseguir con la empresa privada un convenio para que ellos distribuyan las semillas que hemos producido”, dice Vallejo. El equipo que dirige también se ha propuesto socializar sus conocimientos y brindar un apoyo a los pequeños agricultores.

Su futuro y la obligación moral de generar conocimiento para solucionar problemas son los motivos que lo impulsan a continuar trabajando y a desechar la tentadora idea de irse del país a lugares donde se le dé mayor importancia a la investigación científica, pues en Colombia ésta es cada día más difícil por la falta de recursos. Sin embargo está convencido de que precisamente por eso hay que hacer un mayor esfuerzo para que la ciencia contribuya a mejorar la vida de los colombianos, que hoy atraviesan por momentos tan difíciles.