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Una flor en la gran manzana

La artista colombiana María Fernanda Cardozo se consagra al presentar su Cementerio-jardín vertical en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

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13 de marzo de 2000

María Fernanda Cardozo se volvió experta en sorprender. Y cada vez sorprende más a quienes siguen, ya sea de cerca o de lejos, su muy particular manera de afrontar su oficio.

Esta artista bogotana es una de las pocas en el mundo que se dan el lujo de presentar en Sydney, Australia, 30 funciones de su circo de las pulgas mientras cuelga en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, de manera simultánea, su Cementerio-jardín vertical, con el que le da la bienvenida al siglo XXI. Ella es una de las artistas convocadas a la muestra ‘Comienzos modernos: gentes, lugares, cosas’, que estará allí hasta el 14 de marzo.

Seguidora de los postulados de quienes destrozaron el significado de palabras sacrosantas como ‘arte’ y ‘artista’ (entre ellos Marcel Duchamp), esta artista ha hecho de la innovación y el rigor investigativo su forma de vida. Desde mediados de los 80 comenzó a destacarse por sus atrevidas y polémicas propuestas en el entonces todavía muy audaz terreno de las instalaciones. María Fernanda Cardozo se inspiró en el paisaje del Cementerio Central de Bogotá, del que tiene vista desde su estudio.

Casada con el australiano Ross Harley, artista de video que ha colaborado con ella en varios de sus proyectos, María Fernanda ha desarrollado gran parte de su carrera en Estados Unidos y Australia.