Roberto Palacio es filósofo de la Universidad de los Andes.

Columnista invitado

22 Tips para Escritores

Roberto Palacio, columnista invitado de Arcadia, relata algunos consejos. Entre ellos: "Cada hombre ve su entendimiento a la mano -por lo cual lo ve lúcido y original-, y el de los demás a distancia. Por eso no te enamores de frases que has dicho y que quizá sólo sean una revelación para ti".

Roberto Palacio
28 de junio de 2016

  1. El primero y fundamental; sigue siempre el consejo de Anton Chekhov: "Don’t tell me the moon is shining; show me the glint of light on broken glass."– Es mejor decir: ‘Cuando 40 inviernos hayan pasado sobre tu frente..’ a decir ‘¡Te estás envejeciendo!’

  2. Escribir consiste en borrar más que en teclear. Si te duele borrar, crea un archivo con basura eliminada y guárdalo para siempre.

  3. Cada hombre ve su entendimiento a la mano -por lo cual lo ve lúcido y original-, y el de los demás a distancia. Por eso no te enamores de frases que has dicho y que quizá sólo sean una revelación para ti.

  4. El texto es como un embarazo de exnovios; suele llegar cuando no lo estás esperando. La mente resuelve un texto, pero no en la manera en que el texto debe ir sobre la página; lo va botando por partes inconexas, borbotones. Lleva siempre una libreta.

  5. Un texto terminado es un mueble de Ikea, armado cuidadosa y pacientemente usando piezas pre-existentes. Cuando se te dificulte el desarrollo de una parte, escríbela en un documento limpio; cuando sientas que no lo puedes hacer de manera distinta, incorpóralo al texto principal.

  6. Si el texto te aburre, al lector lo aburrirá.

  7. No intentes mostrar tu corrección política todo el tiempo, no intentes mostrar lo inteligente que eres. Si los textos son sinceros, serán un reflejo de tus creencias.

  8. Un texto no tiene valor si no está diciendo algo que venga de la espiritualidad de un hombre y aun así, no todo espiritualidad es interesante. De la misma manera, no todo el que tiene una historia que contar por ello la sabe contar. Los oprimidos, los tiranos, los dolientes, a menudo tienen historias que contar, pero no por ello la saben hacer venir a la vida.

  9. Nunca escribas una primera frase si no estás seguro, luego será imposible no ver las cosas más que a la luz de lo que has dicho.

  10. Busca una primera frase que arranque enganchando al lector…busca una última frase que cierre el universo que has creado.

  11. No escribas sobre ti todo el tiempo…cuando lo hagas, asegúrate de ser un personaje más. El lector no perdona los panegíricos de si mismo que hace un escritor; tampoco perdona que no diga nada de sí.

  12. Elimina palabras parasitas como “generalmente”, “casi”, “desde un punto de vista”…etc. Puedes escribir con ellas si esto te hace fluir, pero que no pasen la prueba de inspección.

  13. Encuentra un tono para decir lo que has de decir. La credibilidad de un escrito depende de ella. Una vez encontrada, cabálgalo: que tu texto siempre recuerde esa voz.

  14. No pretendas escribir perfecto el primer día que te sientas a ello por la falsa ilusión de que manejas la materia prima de la escritura: el lenguaje. Saber redactar una carta no es saber escribir. Saber componer impecablemente no es saber escribir; ni siquiera, para usar una idea de Truman Capote, saber escribir con ingenio es saber escribir.

  15. Escribir rápido es una imposibilidad similar a dormir rápido. El poeta Passolini decía que para ser escritor se necesita mucho tiempo.

  16. Debes estar más preocupado por escribir que por publicar. No temas experimentar.

  17. Las expresiones: “imaginario colectivo”, “onírico”, “realidad distópica” y similares, son detestables. No supongas una complicidad con el lector que no hayas creado.

  18. Un cliché, como por ejemplo: “…el que no conoce su historia está condenado a repetirla”, es la antítesis del pensamiento y no debe ser objeto de un texto. Si vas a escribir para decirle a todo el mundo lo que cree que sabe, mejor no escribas nada.

  19. Cuando te den una tarea literaria, llévala contigo, duerme, respira, come y vive por y para esa piecita. No importa que sea la redacción de un documento que no tiene mucho sentido para ti…imprímele lo tuyo.

  20. Lee, lee, lee y luego, vuelve a leer. Un escrito no se resuelve sin investigar. Tus fuentes no pueden ser un escrito sobre el mismo tema hecho por otro...es pasto masticado.

  21. Leer lo que se ha hecho sobre un tema es arma de un doble filo; a veces da la clave para despertar las propias ideas y a veces es imposible olvidar una figura, una expresión, y terminarás apropiándotela inadecuadamente.

  22. No hay temas malos, hay temas mal tratados.

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